Dinh Tut, original instrumento musical de la etnia Gie Trieng

(VOVworld) – Los Gie Trieng, una minoría étnica establecida principalmente en la región de Tay Nguyen (Meseta Occidental) y otras provincias centrales de Vietnam con más de 50 mil personas en total, poseen un rico acervo folclórico y diversos instrumentos musicales típicos, entre ellos, el “Dinh Tut”. Este juego de flautas de bambú, aunque sencillo, acompaña los cantos y bailes tradicionales de los autóctonos y con sus fascinantes sonidos acentúa la belleza de los mismos.

Para estos aborígenes, la música es la base de su vida espiritual y por eso les resulta indispensable. En realidad, las interpretaciones vinculadas con ella contribuyen a alimentar el alma y a enriquecer el tesoro artístico de la referida etnia; y en esas actividades no puede faltar el “Dinh Tut”. Entre sus sonidos, nacen, crecen, contraen matrimonios y parten al otro mundo.

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La original interpretación del instrumento Dinh Tut por hombres de la etnia Gie Trieng

Por tener forma de tubo y elaborarse con “nua”, una planta de la familia del bambú, este instrumento se incluye en el grupo “Dinh”, pero es el más popular. Lo utilizan en todas las fiestas y los quehaceres comunitarios. Un juego “Dinh Tut” está compuesto por seis piezas que miden de 60 centímetros hasta un metro de largo cada una, y con un diámetro que varía de 2,5 a tres centímetros. Parecen rústicos tubos, vacíos por un lado y por el otro, cubiertos, pero a pesar de su simple diseño, cada uno representa una nota musical diferente, y juntos, crean un excelente concierto. La calidad del “Dinh Tut” depende mucho de la destreza y experiencia de quien lo elabora. Es muy importante escoger plantas frescas para hacer el juego, como reveló Zo Ram Nhia, residente en el pueblo de Thach My, del distrito de Nam Giang, en la provincia central de Quang Nam. Nhia explicó: “Se corta una planta en seis piezas de diferentes tamaños. Nuestros antepasados tocaban el “Dinh Tut” en las grandes festividades de la aldea, y seguimos haciéndolo, especialmente en ocasión de fin de año y para saludar el advenimiento del nuevo”.

Tanto en las celebraciones tradicionales, que incluyen la nueva cosecha de arroz, el sacrificio del búfalo y los ritos ancestrales, como en las actividades comunitarias, los sonidos del “Dinh Tut” se mezclan con los de los gongs, batintines y tambores, dejando su eco en las altas montañas y extendiéndose hasta cada rincón del villorrio.

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Un aborigen enfrascado en la elaboración del Dinh Tut

Este instrumento resalta no solo por su rica sonoridad, sino que interpretar música con él también tiene un estilo muy original. Cada una de estas flautas verticales es tocada por un hombre, siempre vestido de mujer. En el escenario, ellos no usan taparrabos, su prenda diaria, sino largas túnicas sin manga. Se mueven en forma de arco, reteniendo en una mano el tubo para soplar a través de él mientras tocan con la otra la parte inferior del mismo para crear la resonancia. En tanto, las muchachas, presumiendo de su belleza con las ropas más hermosas, bailan al compás del ritmo del “Dinh Tut” alrededor de una gran fogata. Hien Tiep, también nativa de Thach My, del distrito de Nam Giang, provincia de Quang Nam, comentó: “El baile Dinh Tut representa la idiosincrasia de los Gie Trieng. Nosotras las jóvenes lo aprendimos de nuestros antepasados y estamos conscientes de que debemos transmitir este legado a las nuevas generaciones”.

Por esta razón, el “Dinh Tut” tiene un alto carácter comunitario. Al tocarlo, siempre hay al menos de seis a ocho participantes, y la coordinación armoniosa entre ellos resulta muy importante. El primero del equipo es el que decide qué melodías se van a interpretar, y dirige el movimiento de la banda. Según los patriarcas de Gie Trieng, hay 8 obras típicas para los bailes “Dinh Tut”, cada una tiene un determinado significado, estilo y ritmo.

Los autóctonos consideran el instrumento una parte de su vida. Lo tocan todos, desde los pequeños hasta los adultos y mayores, en las fiestas tradicionales, pero también en el campo durante el tiempo de descanso. Al respecto, otro étnico de la localidad central, Zo Ram Vanh, señaló: “Es difícil tocar el Dinh Tut, pero siempre podemos recurrir a los artesanos y los mayores para lograr su dominio. De esta manera contribuimos a preservar los legados culturales de nuestros antepasados”.

En medio de la vida moderna y a pesar de los cambios, la música de “Dinh Tut”, junto a la de los gongs, batintines, tambores y otros instrumentos prístinos de los Gie Trieng, continúa resonando en los valles donde se asienta esta etnia, cuya vida espiritual nutre y embellece.

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