Las mujeres Lu y su costumbre de teñirse de negro los dientes

(VOVWORLD) - Algunas minorías étnicas de Vietnam tienen conceptos estéticos muy particulares, entre ellas la de Lu, una comunidad de solo 5.500 almas que se establece principalmente en las comunas montañosas de los distritos de Phong Tho y Tan Uyen, en la provincia septentrional de Lai Chau. Para los autóctonos, los dientes relucientes y teñidos de negro constituyen una de las atracciones de sus mujeres.

Los Lu viven desde tiempos remotos de la producción del arroz anegado y otras plantas alimenticias como el maíz, la mandioca y la patata, pero también se dedican al cultivo de algodón y al tejido de telas.

Las mujeres Lu y su costumbre de teñirse de negro los dientes - ảnh 1 Mujeres Lu en la comuna Ban Hon, en Lai Chau tienen las manos muy hábiles

Las mujeres de esta etnia confeccionan ropa para sus familiares. Sus habilidades se reflejan sobre todo en los trajes y las bufandas que las jóvenes autóctonas lucen en el día de su casamiento, con bordados y motivos decorativos ingeniosamente trabajados sobre la tela de color índigo.

Teñirse los dientes de negro es una de las normas de la belleza femenina, la cual es más apreciada aún si dos premolares del lado izquierdo están cubiertos de oro. En el pasado, este hábito era obligatorio para quienes querían casarse.

Según explicó Lo Van Ngan, un miembro de esta comunidad residente en la comuna de Ban Hon, del distrito de Tam Duong, en la provincia de Lai Chau, esta arraigada costumbre se debe a los conceptos acerca de la atracción femenina. El hombre añadió: “En nuestro pueblo las mujeres deben ennegrecer sus dientes desde cuando tienen solamente 13 o 14 años de edad hasta que se les caen todos o mueren”.

En realidad, los Lu preservan no solamente este propio concepto estético sino también los secretos del teñido.

Las mujeres Lu y su costumbre de teñirse de negro los dientes - ảnh 2 Muchas mantienen la arraigada costumbre de teñirse de negro los dientes

Se desconoce el origen de esta costumbre, pero de acuerdo con Tao Thi En, radicada en la aldea de Pa Pe, de la comuna de Binh Lu, en el mismo distrito de Tam Duong, teñirse los dientes es considerado como un cumplimiento ritual de todas las mujeres de esta etnia. Así, todas las noches destinan una hora después de la cena a ello. Es una práctica que Tao Thi En sigue haciendo sin olvidarse desde hace 5 décadas.  “Yo empecé a teñirme los dientes cuando tenía 14 años. Si eres de la etnia Lu debes hacerlo. Esta práctica embellece tus dientes y además permite evitar la caries. Hasta ahora mantengo el hábito de ennegrecer los dientes. En mi cocina lo hago todas las noches después de la comida y antes de acostarme”.

Los antiguos Viet, o Kinh (la etnia mayoritaria de Vietnam), también tenían esta tradición, pero los dientes negros solo ya se ven en las mujeres muy mayores. Sin embargo, los Lu siguen fieles a la manera de embellecer de sus antepasados.

Se preguntarán con qué lo hacen y cómo. Pues, primeramente echan la secreción resinosa del gusano de la laca en el jugo de lima silvestre, mueven la mezcla y la dejan reposar durante una semana. Luego, aplican una capa sobre dos piezas de una hoja de palma que serán pegadas en los dientes. En este paso que dura de cinco a siete días, hay que evitar masticar cuanto menos sea posible. Cuando los dientes obtienen un color igual que el de la goma laca, seguirán con el ennegrecimiento y esta vez, utilizarán la secreción resinosa del gusano de la laca mezclándola con una planta especial cuyo nombre científico es Phyllanthus reticulatus. Los dientes, que se ponen tan negros como la noche después de varias aplicaciones, satisfacen mucho a las mujeres.

Para la etnia Lu y muchas otras comunidades minoritarias en el noroeste, las tradiciones ancestrales forman parte de su vida y se empeñan siempre por preservarlas. Las mujeres de este grupo mantienen sus dientes negros para ser más bellas en los ojos de sus amados. Junto con las melodías folclóricas Khap Lu que cantan en las fiestas aldeanas o celebraciones, las particulares sonrisas hacen especial el encanto de las autóctonas.

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