Los étnicos Thai mantienen su arraigada costumbre “hong khoan”

(VOVWORLD) - En la comunidad de los Thai, una minoría étnica residente en la región del noroeste de Vietnam, existe un ritual sagrado al cual recurren en las ocasiones como el nacimiento de un niño, el casamiento de una chica o cuando alguien contrae alguna enfermedad o tiene accidente. Esta antigua tradición aborigen llamada en su idioma “hong khoan” (invocar a los espíritus), sirve para dar confianza a uno mismo en sí en la superación de las situaciones adversas que debe enfrentar.
Según la creencia de los Thai, desde su nacimiento hasta su partida a la eternidad deben invocar a los espíritus dos veces al menos. Durante la ceremonia, los autóctonos los invitan a regresar a casa o al cuerpo de cada uno. Creen que si no lo hacen estos andan perdidos  en los bosques donde los acechan peligrosos animales, en las orillas de los ríos o en los bordes de los precipicios donde pueden caerse al vacío. Esta ceremonia se lleva a cabo también a fin de felicitar a una chica con motivo de su casamiento y despedirse de ella antes de que vaya a vivir junto a la familia de su esposo. De la misma manera, tres días después del nacimiento de un niño, sus padres lo informan a los espíritus del hogar, mientras en ocasión del Tet (Año Nuevo Lunar), sus abuelos preparan un par de pollos para ofrendárselos, con el deseo de que en el futuro el pequeño tenga suficiente salud como para atravesar cinco arroyos y sobrepasar siete lomas sin que se sienta agotado. Mientras, con el propósito de garantizar una muerte tranquila para los más ancianos y su transformación espiritual después, realizan el ritual en los últimos instantes de su vida para evitar que su espíritu se pierda durante el camino de regreso con sus antepasados.
Los étnicos Thai mantienen su arraigada costumbre “hong khoan” - ảnh 1 La costumbre “hong khoan” de los étnicos Thai se efectúa principalmente en el ámbito familiar (Foto:baonghean.vn)

En esta comunidad, los sacerdotes desempeñan un papel muy importante. Se supone que esos hombres tienen la capacidad de comunicarse con los seres divinos. Por tanto, su presencia es indispensable para cumplir y hacer cumplir las formalidades del “hong khoan”.

Ante todo, es muy importante escoger una fecha apropiada y preparar una bolsa de tela en la que se mete una camisa de color de quien se beneficia directamente de la ceremonia, ya que su espíritu se mora en esa prenda de vestir, según la filosofía ancestral de dicho grupo étnico. La misma bolsa contiene además un huevo hervido, un pescado asado empaquetado, una cesta para capturar peces y unas varitas de bambú finas de más de un metro de largo. En la fecha indicada, el sacerdote encargado de la solemnidad se sienta al pie de la escalera de la casa para leer la oración, con la bolsa en sus hombros, la cesta de peces en una mano y el bulto de varitas de bambú prendido como una antorcha en la otra. Quang Van Oai, residente de la aldea de Phang, de la comuna de Chieng Dong, distrito de Tuan Giao, en la provincia de Dien Bien, dio a conocer: “Desde tiempos remotos, nuestro pueblo cree que cada persona cuenta con uno o varios espíritus. Cuando éste o estos se encuentran perdidos, su dueño puede estar mal de salud y enfrentar alguna adversidad en la vida. Entonces, es necesario invocarlos. El sacerdote de la aldea manda al propietario de la casa preparar carne de cerdo y aguardiente para invitarles a regresar”.

La bandeja de ofrendas incluye un pollo hervido o un lechón elaborado de la misma manera, un caldo con unos intestinos de gallo o cerdo, además de un tazón de arroz crudo, una porción de “xoi” (arroz glutinoso cocinado al vapor), seis tazas de alcohol, pasteles, dulces y frutas.

De acuerdo con el mago Me Van Dinh, en la aldea de Na Huoi, de la comuna de Chieng Bang, del distrito de Quynh Mai, provincia de Son La, esta costumbre se transmite de generación en generación en la comunidad Thai. Dijo al respecto. “Para los adultos, invitan a sus espíritus a regresar a sus residencias. Para los muertos, los invocan desde el cielo o desde los sitios donde se despiden de ellos. En el caso de los menores, hay que llamarlos desde este mundo terrenal”.

Después de finalizar la solemnidad, los miembros de la familia de quien se beneficia de la ceremonia comen algo entre los platos colocados en la bandeja de ofrendas y beben cada uno dos tazas de licor para felicitarle y desearle muy buena salud y suerte en unión de sus queridos, así como paz, prosperidad y felicidad para todos.

Lo más hermoso de esta tradición étnia que se mantiene hasta ahora es que demuestra la atención mutua entre los integrantes de una familia y además consolida la coherencia comunitaria.

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