Se esperan avances en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba

(VOVworld) – Tienen lugar del 21 al 24 de enero en La Habana conversaciones entre Estados Unidos y Cuba sobre la normalización de las relaciones bilaterales. En esta inédita negociación se espera avanzar pasos hacia el completo restablecimiento de los lazos diplomáticos entre ambos países congelados durante más de 50 años.

Encabeza la delegación estadounidense la vicesecretaria de Estado encargada de la región latinoamericana, Roberta Jacobson y por la parte cubana, Josefina Vidal Ferreiro, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla caribeña. La agenda de las conversaciones se enfoca en la inmigración y en las aperturas de embajadas respectivas en cada uno de los dos países.

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Llegada al Palacio de las Convenciones de Josefina Vidal Ferreiro, directora
general de EEUU del MINREX. (Foto: Ismael Francisco / Cubadebate)


Con anterioridad, ambos estados, además de acordar reanudar las relaciones diplomáticas, adoptaron una serie de medidas para fomentarlas. Estados Unidos levantó parcialmente la prohibición de viajes y negocios de nacionales hacia Cuba. También las partes convinieron en excarcelaciones mutuas de prisioneros. En vísperas de la negociación, una delegación de congresistas estadounidenses en favor de la recuperación de los nexos diplomáticos y el levantamiento del bloqueo impuesto a Cuba visitó este país antillano del 16 al 18 del corriente mes. Su estancia en la isla caribeña tuvo como finalidad contactar con representantes de algunos ministerios para proponer el intercambio comercial en el futuro.

Establecimiento de la confianza

Después de las declaraciones y acciones para normalizar las relaciones bilaterales entre dirigentes de ambas partes a finales de 2014, la negociación de 2015 se califica de “una oportunidad histórica” para el acercamiento mutuo. Pese a la buena voluntad en la solución de las diferencias duraderas, es claro que Washington y La Habana deben experimentar un largo camino para mejorar sus lazos bilaterales ya que no resulta fácil resolver con prontitud los problemas históricos.

La primera cuestión reside en la inmigración que provocó polémicas entre ambas partes durante décadas. Cuba insiste en rechazar la política “pies secos, pies mojados” de Washington. Según lo establecido en esta ley, si la Guardia Costera de Estados Unidos detecta la presencia ilegal de cualquier cubano en el territorio marítimo norteamericano, le repatriará a su país de origen. Sin embargo, una vez pisa el territorio terrestre de Estados Unidos, recibirá la tarjeta de residencia permanente después de presentar su cédula de identidad cubana. Esta política incentivó la emigración ilegal de la isla caribeña a Estados Unidos y provocó que numerosos cubanos arriesguen su vida atravesando el mar para llegar a este país norteamericano. Por esta razón, La Habana repudió en repetidas ocasiones esta ley de Washington argumentando que perjudica la cooperación bilateral contra la oleada de inmigrantes indocumentados y la trata de personas. Con anterioridad, en julio de 2014, altos funcionarios de las dos naciones realizaron conversaciones sobre la inmigración pero sin resultados concretos. Otro punto central en la agenda radica en el hecho de que Cuba pide a Estados Unidos excluirle de la lista de los países que supuestamente apoyan el terrorismo, lo que obstaculiza a la isla en el acceso a las instituciones financieras internacionales. Finalmente se debatirá el levantamiento de la limitación del desplazamiento que aplica Cuba a los diplomáticos norteamericanos, lo que mucho antes practica Estados Unidos respecto a los diplomáticos cubanos en Washington y en Nueva York.

Con tantos asuntos por dilucidar, el encuentro entre ambas partes no significa más que los primeros pasos para recuperar la confianza perdida. Aunque redoblaron sus esfuerzos y la buena voluntad, enfrentan ciertas dificultades en la normalización de sus nexos bilaterales. Para llevar adelante su política de acercamiento hacia Cuba, Washington, enfrenta la presión del Congreso controlado por el partido republicano, y sectores recalcitrantes de la comunidad cubana en el estado Florida. Durante más de 50 años de bloqueo económico impuesto por la Casa Blanca, no se puede negar las dudas de los cubanos sobre dicho proceso porque nunca se olvidan de la constante hostilidad de Estados Unidos en el pasado.

Largo camino por andar

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Parte de la delegación estadounidense en La Habana. (Foto: AFP)


La opinión pública pregunta ¿cuánto tiempo llevará la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos? Pese a las voces contrarias llenas de prejuicios, son muchas más las opiniones de apoyo a los avances de este proceso. El primer factor es la ventaja geográfica ya que los dos países se sitúan a una distancia de sólo 145 kilómetros por vía marítima, favorable para la navegación y el intercambio comercial. En los recientes años, el Gobierno cubano ha adoptado medidas categóricas para reactualizar su economía y mantener sus logros sociales, y debe esperarse cooperación bilateral después de normalizarse los lazos diplomáticos con Estados Unidos.

Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba forman parte de los nexos más complicados en la historia mundial con más de 50 años de altibajos. De esta manera, para lograr la normalización total de los lazos bilaterales, se requieren tiempo y dobles esfuerzos de ambas partes. No obstante, hasta la fecha, cada país ha dado pasos fundamentales y más difíciles, es decir, cerrar el pasado, consolidar la buena voluntad y estar a la disposición del establecimiento de las relaciones de convivencia con el respeto a las diferencias. Las conversaciones de 2015 constituyen los primeros avances para el acercamiento de uno al otro, de cara a una confianza recíproca a largo plazo.

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