Corea del Norte se enfrenta a crecientes presiones de nuevas sanciones

(VOVWORLD) - Desde hace más de un mes, la República Popular Democrática de Corea sufre cada vez más presiones de sanciones internacionales a raíz de sus pruebas atómicas y de misiles. Incluso China, país que mantiene una estrecha relación comercial con Pyongyang, ha mostrado una postura más dura hacia su aliado. ¿Es posible controlar la ambición nuclear de esa nación con la creciente determinación de la comunidad mundial?
Corea del Norte se enfrenta a crecientes presiones de nuevas sanciones - ảnh 1 Una prueba de misil de Corea del Norte (Foto: EPA/VNA)

El pasado 11 de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por mayoría absoluta una nueva resolución con más sanciones contra Corea del Norte, en respuesta a su ensayo nuclear realizado el día 3 del mismo mes. Se trata de la novena orden aplicada desde 2006 y la segunda adoptada por el referido organismo en el presente año, con las medidas punitivas más estrictas relacionadas con los principales sectores económicos de ese territorio como las confecciones textiles, el petróleo y la energía. Se estima que las nuevas sanciones pueden ocasionar al país una pérdida económica de 1.300 millones de dólares estadounidenses.

Mensajes más severos

Tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de las nuevas penalizaciones, Estados Unidos también promulgó un decreto ejecutivo con medidas de castigo adicionales contra Corea del Norte. Este documento amplió la lista negra de particulares y entidades con operaciones comerciales vinculadas a la nación de Asia Oriental. Cabe destacar que, por primera vez, China emitió una declaración rígida, prohibiendo la importación de productos textiles y acuáticos norcoreanos, así como la exportación de carburantes, mineral de hierro y carbón a ese país. Según varios observadores, el hecho de que Beijing incluyera las confecciones textiles en esta orden constituye un tremendo golpe para Corea Democrática, ya que es su segunda fuente principal de ingresos después del carbón y los minerales. En 2016 el sector facturó más de 750 millones de dólares y de este valor China representó el 80%. Por otro lado, se prohibía a los ciudadanos norcoreanos abrir cuentas bancarias o transferir dinero en al menos tres sucursales del Banco Chino, el de Construcción y el de Agricultura de China, ubicadas en la ciudad de Yanjí, cercana a la frontera con el país de Kim Jong-un.

Evidentemente, Estados Unidos mira con buenos ojos la reciente reacción de China,  que según Washington no se mostraba muy seria en el control de su vecino. Bajo el impacto de las anteriores órdenes de Beijing y pese a las limitaciones, las exportaciones desde Pyongyang aumentaron un 30% en la primera mitad del año, mientras que el valor del intercambio comercial se incrementó en un 10% hasta superar los 2.600 millones de dólares en el mismo lapso.

Impactos directos

Las nuevas medidas punitivas adoptadas por China están afectando directamente a la vida de la población en la frontera compartida con Norcorea. Se han organizado varias manifestaciones masivas se han organizado en la ciudad de Hunchun, en la provincia de Jilin. Decenas de tiendas se vieron obligadas a cerrar, lo que impacta en gran medida en las compañías de empaquetamiento y distribución, las entidades de transporte y los restaurantes en el área. Los pueblos ubicados en el noreste de China, que se están enfrentando a la grave decadencia de la industria pesada como la minería y la metalurgia, padecen grandes consecuencias por el aislamiento de Corea del Norte. La misma portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo recientemente que su país ha tenido que sacrificarse y pagar un alto precio para acatar las sanciones de la ONU al respecto.

¿Son las sanciones la mejor solución?

Hasta la fecha, la máxima organización internacional ha impuesto nueve órdenes de sanción contra Corea del Norte desde 2006. Sin embargo, parece que la economía de esta nación no se ha visto tan afectada como se esperaba, situación que puede repetirse con las nuevas penalizaciones. Varios analistas estimaron que las presiones de las potencias mundiales sólo representan una solución temporal. Para el Gobierno de China, resulta sumamente importante el mantenimiento de la estabilidad en la región y muchos opinan que las recientes prohibiciones son más bien una amenaza calculada con mucha destreza por parte de Beijing, consciente de las consecuencias que las mismas pueden acarrear para la economía nacional y del posible aprovechamiento por Washington de las inestabilidades para aumentar su influencia. A pesar de ello, en el actual momento, China no tiene otro remedio que sumarse a los esfuerzos de la comunidad internacional si quiere mejorar sus relaciones con Estados Unidos. El mismo presidente del país norteamericano, Donald Trump, destacó que el castigo tampoco es una medida prioritaria de la Casa Blanca.

La ineficacia de las sanciones en los últimos once años se refleja en el rechazo por parte de Pyongyang a la demanda de la comunidad internacional para que abandone su programa nuclear y de misiles. En este caso, deberían acompañar diálogos estratégicos con Corea del Norte sobre el tema, que lamentablemente, aún no se han podido celebrar. 

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