Política monetaria expansiva de Estados Unidos proyecta sombras sobre perspectiva económica mundial

(VOVWORLD) - La Reserva Federal de Estados Unidos bajó la tasa de interés por primera vez desde 2008 cumpliendo con una resolución alcanzada en una reunión de dos días efectuada a finales de julio. Esta decisión no sorprende a los inversores porque las informaciones referidas al tema fueron emitidas en repetidas ocasiones. Sin embargo, el banco central norteamericano advirtió sobre otra reducción en 2019, lo que tiene como señal un mayor ritmo de crecimiento de Estados Unidos y el debilitamiento de la economía global. 

En la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto, celebrada el 30 y el 31 de julio, este componente del Sistema de la Reserva Federal encargado de aplicar la política monetaria estadounidense decidió bajar la tasa de interés por primera vez desde la crisis financiera de 2008. En este sentido, el banco central norteamericano recortó un cuarto de punto, hasta el rango de entre el 2 % y el 2,25 %, en respuesta a la debilidad económica global y la inflación controlada en el país.

Riesgo de crecimiento negativo

Analistas consideraron la acción de la Reserva Federal de Estados Unidos como respuesta al ritmo reducido del crecimiento. En realidad, los índices macroeconómicos de ese país no muestran el pesimismo. La tasa de desempleo alcanza el nivel más bajo en las últimas cinco décadas mientras la Bolsa de Valores de Nueva York registró un aumento récord, lo que es inapropiado para cambiar el tipo de interés.

Se trata de un hecho inusual en medio de muchas señales alentadoras. Sin embargo, al analizar la perspectiva económica a largo plazo, el banco central norteamericano consideró mantener el costo del crédito, pero luego decidió reducirlo. Justificó su acción con la guerra comercial y la débil inflación. Entretanto, se encuentra una ralentización de la producción y la comercialización del sector empresarial, aunque no es tan pesimista como lo previsto. Mientras no se anuncia todavía el resultado final, el crecimiento económico alcanzó solo el 1,8% en el segundo trimestre de 2019, frente al 3,1% logrado en los primeros tres meses del año. Se prevé que la economía de la mayor potencia del mundo crecerá a un ritmo del 18% en cada trimestre hasta finales de 2020.

Sobre el rango de entre el 2 % y el 2,25 %, la Reserva Federal de Estados Unidos no sorprendió a los inversores, pero frustró al presidente del país, Donald Trump, quien pidió en su cuenta de Twitter realizar un recorte mayor. Criticó reiteradamente al banco central y a su jefe, Jerome Powell, por no hacer lo suficiente para ayudar en los esfuerzos de su gobierno por impulsar el crecimiento económico a un ritmo del 3% en 2019 y mayor en los años venideros. En respuesta, Powell afirmó que la reducción modesta del tipo de interés sirve para aminorar la probabilidad de una recesión, al ayudar a acelerar una débil inflación doméstica y contrarrestar los riesgos derivados de una ralentización del crecimiento global y las crecientes tensiones con socios comerciales como China en las cuales Donald Trump juega un papel protagónico, contribuyendo al desplome de las inversiones.

Reacción en cadena

La decisión del banco central estadounidense condujo a una carrera de devaluación del crédito global. El Banco de Brasil recortó el 31 de julio la tasa de interés de referencia Selic, del 6,5% anual al 6% preservada desde marzo de 2018 para reanudar el proceso de caída en el costo del dinero interrumpido en la mitad del año pasado. China también consideró seguir esta tendencia a corto plazo para ayudar a las empresas a superar las dificultades en los últimos tiempos.

Entretanto, el Banco de Japón confirmó adoptar medidas de estímulo si la economía nacional continúa ralentizándose, mientras el Banco Central Europeo analizó la posibilidad de aminorar el costo del crédito para elevar la competitividad del euro frente al dólar estadounidense que prevalece gracias a su política monetaria expansiva.

El recorte de la tasa de interés del banco central norteamericano evidencia los retos económicos que enfrenta Washington. Su acción proyecta sombras sobre la perspectiva económica global con mayores riesgos financieros en todo el mundo.
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