Reducir las diferencias sobre el futuro de la UE, misión difícil

(VOVworld) – La Cumbre de la Unión Europea (UE) realizada a finales de la semana pasada reflejó posiciones encontradas entre sus 27 países miembros en torno al futuro del bloque. La falta de consenso sobre un nuevo camino para su desarrollo muestra la profunda división en su seno, al acercarse la fecha conmemorativa de la firma del tratado que dio origen a la Unión (25 de marzo). Esta realidad, sin duda, representa un gran obstáculo para la alianza, que necesita, hoy más que nunca, una gran unidad para realizar las negociaciones históricas con el Reino Unido sobre su salida (conocida como el Brexit).

La cumbre finalizó el pasado día 10, tras una sesión sin la presencia británica, en la que se trató el futuro de la UE post Brexit. Los asistentes a esa reunión planearon elaborar una declaración conjunta que se prevé publicar el próximo día 25 en ocasión del sexagésimo aniversario de la firma del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea en Roma, Italia. Sin embargo, terminó sin lograr presentar el referido texto.

Desacuerdo en torno a un avance a múltiples velocidades

Un plan sobre una Unión de diferentes ritmos de crecimiento, incluido en el Libro Blanco de la Comisión Europea, desató controversias en la última conferencia de alto nivel del grupo. Según explicaron sus líderes, es difícil lograr que los países integrantes de la UE tengan la misma lógica y actúen de igual manera, por consiguiente resulta necesario un cambio. Indicaron además que la proyectada salida del Reino Unido también representa un impulso para una nueva arquitectura del bloque. En este sentido, sus miembros tendrán toda la libertad de decidir los temas relativos a su nivel integracionista.

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 Los cuatro de Versalles: Rajoy, Merkel, Hollande y Gentiloni (de izda. a dcha.)  (Foto: Reuters)

Evidentemente, la idea se tornó polémica por ser considerada una alusión a la disparidad de categorías de los Estados miembros de la UE. De acuerdo con sus mayores economías, como Alemania, Francia, Italia y España, un avance a diferentes velocidades refleja una situación real y sienta la base jurídica para los países que se interesan en una integración más rápida. La canciller alemana, Angela Merkel, declaró que en el próximo encuentro cimero en Roma, que coincidirá con la fecha conmemorativa antes mencionada, la UE deberá reafirmar su posición de “unidad en la diversidad”. En vísperas de la concluida cumbre, la jefa del gobierno germano se reunió con sus homólogos de España e Italia y con el presidente de Francia en Versalles, en ese último país, con vistas a materializar la iniciativa de construir una alianza europea que se desarrolle a diferentes ritmos. En la ocasión, el mandatario anfitrión, François Hollande, estimó que la unidad no significa uniformidad, y que algunos miembros pueden avanzar más rápido que otros en sectores como defensa y aduana. Merkel coincidió en que es un plan necesario, en tanto se debe tener coraje para aceptar que algunas naciones vayan más lejos que otras, algo muy natural en el actual contexto de la globalización, agregó.

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Jean-Claude Juncker, presidente del Consejo Europeo

No obstante, para los nuevos miembros de la UE, tal disposición parece una amenaza que podrá poner fin a la identidad de toda una alianza y aumentará la brecha entre el oeste y el este en los aspectos migratorio, monetario y jurídico. En concreto, Polonia y Hungría expresaron su preocupación ante el riesgo de quedar al margen en la toma de decisiones y ser naciones de segunda categoría dentro del grupo regional. La primera ministra polaca, Beata Szydlo, refutó la propuesta y fue enfática al rechazar cualquier acción que pueda perjudicar la integridad del mercado común, la zona de libre circulación Schengen y la misma unión. Antes de la celebración de la cita cumbre, Polonia, Eslovaquia, República Checa y Hungría llamaron a un trato igualitario entre todos los miembros de la UE.

Llamado a reforzar la unidad

Ante los desacuerdos derivados de la idea de un avance europeo a múltiples velocidades, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, trató de calmar a las naciones con el mensaje de que tal plan no está destinado a crear un nuevo muro de acero. De acuerdo con este funcionario, la UE no contempla cambiar los convenios vigentes, puesto que en realidad, una región de diferentes ritmos de desarrollo ya existe, con la eurozona y el espacio Schengen, los que consideró como dos grandes logros de la cooperación regional, aunque no todos los miembros forman parte de estos mecanismos de conexión, indicó. Sin embargo, Juncker reconoció que el referido programa será desfavorable para algunos Estados de Europa Oriental.

A su vez, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, instó a las naciones integrantes a esforzarse por mantener la unidad política post Brexit, y opinó que es bueno pensar en la reforma del bloque en ese sentido.

Seguramente, el debate sobre el futuro de la UE continuará mientras no se adopte una orientación común al respecto. Es importante que sus miembros reflexionen con esmero los pros y contras de este proyecto antes de tomar cualquier decisión y tengan en cuenta los intereses, sobre todo los estratégicos del bloque de los 27 ante la perspectiva de la salida del Reino Unido y en medio de los diferendos internos existentes relativos a la eurozona y la crisis migratoria.

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