(VOVworld) – Por primera vez en los últimos 50 años, este martes, los sirios votarán para elegir al futuro presidente. Con mayores ventajas, el actual presidente, Bashar al-Assad tendrá una victoria casi segura, para continuar gobernando el país en el tercer mandato de 7 años. Sin embargo, recuperar la seguridad, la estabilidad y cumplir la reconstrucción nacional en una guerra interna que pasa al cuarto año, son retos nada pequeños para al- Assad.
Una victoria electoral llevará a Bashar al-Assad al tercer mandato presidencial
Factores favorables
Participan en la carrera electoral junto al presidente Bashar al-Assad, el ex ministro Hassan Al-Nouri y el diputado de la oposición, Maher Jajjar. Sin embargo, según estimaciones, al-Assad prevalece ante otros dos aspirantes por beneficiarse de factores más propicios.
Primero, la nueva ley electoral, aprobada en marzo, establece que los candidatos presidenciales deben tener la nacionalidad siria y ser hijos de padres sirios, además de no disponer de antecedentes penales y no estar casados con un extranjero. Estipula, además, que deben haber residido en Siria durante diez años consecutivos contando desde la fecha de registro como candidatos y que no pueden tener una segunda nacionalidad. Estos dos requisitos hacen difícil que concurran gran parte de los opositores, que están exiliados y continúan renegando de los comicios. Segundo, un 90% de la población siria está viviendo en las zonas controladas por el Ejército nacional, y esto garantizará el éxito de las justas. Tercero, en los últimos tiempos, las fuerzas fieles al presidente al-Assad han retomado el control de una serie de ciudades y sitios estratégicos de los rebeldes.
Mientras tanto, la situación en la región también se desarrolla a favor de la administración de Damasco. Los resultados iniciales de las negociaciones sobre la cuestión nuclear de Irán, y las buenas noticias reportadas desde Iraq con la victoria de la coalición gobernante chiíta en las últimas elecciones alientan al gobierno de al- Assad para que siga consolidando su posición y termine con la guerra civil.
Una mujer muestra su voto por Al Assad el pasado 28 de mayo, día de votación
para los refugiados, frente a la embajada siria en Beirut, Líbano
Difíciles tareas de la reconstrucción nacional
Es muy evidente la ventaja del presidente en función en estas elecciones, pero según analistas, el problema consiste en cómo mantener esta preponderancia. A más de 3 años del estallido de las revueltas, Siria aún está sumergida en un conflicto sangriento que ha desolado gran parte del país y causado terribles impactos. Unas 160 mil personas murieron y 9 millones se vieron obligados a evacuarse o refugiarse en los países vecinos. Más del 40% de los bienes materiales del país quedaron destruidos. La economía siria fue afectada gravemente y según estimaciones, la reconstrucción de este país árabe necesitará de unos 165 mil millones de dólares, equivalentes a los gastos presupuestarios de Siria en 18 años consecutivos.
Además, los grupos armados beligerantes en Siria no se reducen, sino que tienden a aumentar. La oposición armada de Siria, integrada principalmente por las bandas de ls yihad y grupos terroristas vinculados con la red internacional de Al Qaeda, amplía cada vez más el perímetro de sus peligrosas actividades. Aunque logró retomar varias zonas pertenecientes a las fuerzas opositoras, es difícil que el gobierno de Damasco logre el apoyo total de la población, por el uso de proyectiles y bombas que provocaron pérdidas civiles. Las contradicciones y conflictos en cuanto a intereses, cultura y lealtad, continúan surgiendo en la sociedad siria de modo incontrolable.
Hace más de 3 años, muchos creían que era inevitable el derrocamiento de Bashar al-Assad. Sin embargo, ahora nadie piensa en esto. Las elecciones presidenciales de Siria tras décadas, con una victoria casi segura de al-Assad, transmiten un mensaje sobre la firmeza de este país ante las fuertes presiones del exterior. Nadie más puede decidir el destino de una nación que su pueblo, y esta es una lección profunda que muestra este país del Oriente Medio. Sin embargo, frente a las dificultades y las contradicciones internas, al-Assad deberá recorrer un largo camino para recuperar la seguridad y la estabilidad social.