Aldea de jóvenes en la isla de Bach Long Vi

(VOVworld) -  La isla de Bach Long Vi está a unas 100 millas al Este de la ciudad de Hai Phong y es la más lejana en el golfo de Tonkín, con una posición estratégica para la defensa y seguridad de Vietnam. Conscientes de la importancia de esta isla, las tropas y los jóvenes de choque fueron los primeros en desbrozar su tierra. Con su fervor, han convertido esta isla desierta en un centro de servicios pesqueros y un atractivo sitio turístico.

Aldea de jóvenes en la isla de Bach Long Vi - ảnh 1
  El distrito isleño de Bach Long Vi se forma y prospera cada dia gracias a
los consagros y esfuerzos de los jovenes voluntarios


En el mapa de Vietnam, Bach Long Vi es una isla en el golfo de Tonkín con 3 kilómetros de largo, según la dirección Noreste-Suroeste, 1,5 kilómetros de ancho y 2,5 kilómetros cuadrados de superficie. Bach Long Vi  significa “cola del dragón blanco” y anteriormente se llamaba Dao Vo Thuy, isla sin agua. En la resistencia antiyanqui por la reunificación nacional, el Estado vietnamita otorgó el título de “Héroe de las fuerzas armadas” a esta isla. El 9 de diciembre de 1992, el Gobierno vietnamita emitió la decisión de establecer el distrito isleño de Bach Long Vi, perteneciente a la ciudad de Hai Phong. El 26 de febrero de 1993 una brigada de 62 jóvenes voluntarios superó las olas y llegó a este islote para fundar una aldea y construir su vida. La señora Vu Thi Ngan, jefa de la primera unidad juvenil, recordó:“En ese tiempo, la isla estaba despoblada y la vida entrañaba cuantiosas dificultades, toda la base material dependían totalmente de tierra firme. A 2 meses de nuestra llegada, arribó un barco de la marina de guerra. Lo recibimos alegremente y todos rompimos a llorar. Lo más sorpresivo fue que una pequeña unidad de jóvenes recibió 3 o 4 paquetes de cartas enviadas por nuestros familiares, amigos y compañeros. Muchas jovencitas lloraron mientras leían las cartas”.

Ellos pusieron las primeras piedras en la construcción de obras indispensables para la vida, como las vías de comunicación y los puestos eléctrico y sanitario, al servicio de quienes llegaron luego para establecerse.  Nguyen Van Hau, subjefe del batallón de jóvenes de choque de Bach Long Vi, dijo:“En los primeros días carecimos de todos los medios, incluso del puerto. Tuvimos que cargar cada saco de ladrillos y arenas desde el barco, anclado lejos de la costa, para construir obras y caminos de hormigón. También roturamos la tierra baldía, desactivamos las bombas y minas, y rellenamos los cráteres de bombas. En el proceso de trabajo sufrimos falta de agua potable, pero tratamos de construir las primeras obras de la isla.”

Con el espíritu vanguardista y creativo, los pedregales y campos de cactos fueron sustituidos por huertas de hortalizas verdes y embalses, creando una nueva vitalidad para la isla. El presidente del Comité Popular distrital, Ninh Van Dung, informó:“Anteriormente, el distrito isleño era virgen y casi no tenía ninguna base material y obra social. Ahora, las obras de infraestructura son bastante completas, como un sistema de vías de comunicación, un puerto y una zona de anclaje de barcos. Los establecimientos culturales y sociales también fueron perfeccionados. En esas grandes transformaciones se nota el aporte de los jóvenes de choque.”

Desde las primeras aldeas de jóvenes con cabañas, ahora, las nuevas generaciones  viven en casas cómodas. Numerosos matrimonios de jóvenes voluntarios disfrutan de una vida confortable. Vu Khanh Dinh y Tran Thi Le Thu es una de esas parejas. Dinh es un joven de Hanoi que participó voluntariamente en la construcción de este distrito isleño, y expresó:“Cuando llegué, el islote era muy triste y no tenía electricidad. Sin embargo, al vivir en un colectivo de jóvenes, los mayores me ayudaron mucho, tanto en lo económico como en lo espiritual. Cuando participé en la construcción de la planta eléctrica eólica en la isla conocí a mi actual esposa y decidimos quedarnos aquí”.

Actualmente el batallón de jóvenes voluntarios de Bach Long Vi cuenta con más de 60 miembros procedentes de distintas provincias y ciudades del país. 2 tercios de los jóvenes que cumplieron su tiempo de trabajo se quedaron voluntariamente en esta isla. Más de 20 parejas se casaron y sus hijos estudian como en tierra firme. Por la noche, Bach Long Vi luce más brillante con la luz eléctrica. El farol y las bombillas de alta presión en el litoral iluminan una vasta zona marítima. Los frutos de hoy se debieron a que numerosos jóvenes y jovencitas consagraron su vida al milagro de convertir una isla despoblada en una cabecera, animada con transformaciones sin precedentes, ganándose el ser conocida como la Isla de la Juventud en el Mar Oriental ./.

                                                                                    

 

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