Se perfila Vietnam como aliado de Cuba en la generación de energía limpia

Por José Llamos Camejo.

Vietnam podría acompañar a Cuba en el empeño de la isla caribeña por ampliar la capacidad de generación de electricidad a partir de la biomasa de la agroindustria azucarera, identificada como su principal surtidora de energía renovable, y cuyo aporte al sistema electroenergético nacional crecerá gradualmente hasta alcanzar los  755 megavatios en el año 2030, según el esquema de desarrollo diseñado por las autoridades cubanas del sector.

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La caña es un don de los campos cubanos y su presencia en el paisaje energético de la isla será cada vez mayor

Como parte del esfuerzo para alcanzar esa meta, Cuba y una entidad vietnamita se acercan al momento fundacional de una empresa mixta que asumirá la inversión de una moderna bioeléctrica en el ingenio azucarero Batalla de Las Guásimas, en la central provincia de Ciego de Ávila, a unos 500 kilómetros al este de La Habana.

La planta avileña, con potencial para generar 50 megavatios cada año, figura entre las 19 de su tipo previstas para igual número de centrales azucareros cubanos, como parte de un proyecto que impulsa el Grupo AZCUBA, orientado a multiplicar la generación con el empleo de bagazo procedente de la molida, y de los despojos cañeros.

El paisaje agrícola de la nación caribeña tiene entre sus componentes fundamentales a la caña de azúcar, cultivo de gran versatilidad, al que los expertos identifican como el más eficiente colector vivo de  energía solar, atributo que a su vez favorece los altos rendimientos cañeros, por lo que le agrega valor a esas plantaciones, sobre todo en una región tropical donde los rayos del sol son particularmente intensos.  

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En el bagazo remanente del proceso fabril, tiene Cuba su segunda mayor fuente de energía

De acuerdo con cálculos de especialistas, los cañaverales de Cuba atesoran un potencial de biomasa capaz de generar la energía equivalente a una parte apreciable del volumen de combustible convencional que año tras año utiliza la isla.

Basado en esa capacidad, el país fijó en 755 megavatios la cuota de energía que deberá aportarle el sector hasta 2030. Una meta posible sólo a partir de máximos rendimientos agrícolas, molidas más eficientes, y el empleo de plantas bioeléctricas modernas como la que se pretende instalar en Ciego de Ávila, con capital vietnamita; inversión que, además de rentabilidad económica, ofrece ventaja ecológica.

Cuba procura instalar nuevas capacidades de generación y aprovechar mejor las que existen. Y en ese propósito, implícito en los lineamientos para la actualización de su modelo económico, la isla podría tener en Vietnam, a uno de sus más firmes aliados.

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