Embajador palestino y su amor a Vietnam

(VOVWORLD) - Hace 39 años que el embajador palestino Saadi Salama, llegó a Hanói por primera vez. Hoy en día, considera al país indochino como su segunda tierra natal. Para él, vivir en Vietnam siempre fue un sueño desde pequeño, así que el hecho de que ahora pueda hacerlo es cosa del destino.
Embajador palestino y su amor a Vietnam - ảnh 1 El embajador palestino, Saadi Salama (i), en entrevista a la VOV (Foto: Ngoc Anh/VOV5)

Saadi Salama nació el 25 de enero de 1961, en la provincia de Hebrón, en el sur de Palestina. Actualmente, es el embajador de la nación del Próximo Oriente en Vietnam desde 2009. Con antelación, trabajó como funcionario en las sedes de representación diplomática palestina en Laos, Yemen y Ghana. Es uno de los pocos extranjeros residentes aquí que dominan el vietnamita como su lengua materna y es un experto de Vietnam y el Sudeste Asiático.

Desde cuando tenía 12 años de edad, Salama prestó un gran interés en el país indochino, a través de noticias en la televisión y los periódicos. La lucha por la independencia nacional del pueblo vietnamita inspiró al joven a participar en los movimientos revolucionarios de su país con solo 19 años. Luego, fue enviado por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a estudiar en el extranjero y eligió Vietnam como su destino. Salama recordó: “Palestina y Vietnam comparten muchas similitudes. Por esta razón, elegí Vietnam. Antes, nunca pensaba que podría llegar a este país. Me acuerdo muy bien que puse pie en Hanói el 14 de octubre de 1980, en un buen día otoñal. Esta primera impresión me hizo sentir muy apegado con este país.”

En aquel momento, se enamoró de una chica hanoyense, la cual luego se convirtió en su mujer. Ahora, forman una familia feliz con cuatro hijos (tres hembras y un varón). Sus niños también dominan el vietnamita, además de árabe, inglés y francés. El diplomático siempre está orgullosos de la doble nacionalidad de sus hijos: vietnamita y palestina, y cree que ellos van a contribuir a consolidar la amistad y la solidaridad entre los pueblos de los dos países.

Cuando recibe a sus amigos de todo el mundo, Salama siempre les presenta, antes de todo, la excelente gastronomía vietnamita, con los platos más típicos como “pho” (tallarines con carne de res o gallo) y “bun cha” (fideos con carne de cerdo a la parrilla). Luego, les introduce los destinos más famosos del país indochino. Para tener tantos conocimientos sobre Vietnam, el embajador ha dedicado mucho tiempo en viajar, con el fin de conocer la cultura, la gente y las costumbres vietnamitas. Los muchos años de vivir aquí le han convertido en un vietnamita auténtico. Él compartió: “Creo que ahora soy un vietnamita. Pienso y acciono como un vietnamita. Pero también soy un palestino, por eso pienso que tengo la responsabilidad de promover los nexos entre los dos países en todos los sectores, desde la economía y la política hasta la cultura y el deporte. Además, conozco muy bien el país indochino y quiero divulgar la imagen de Vietnam no solo a los palestinos sino también a la comunidad árabe de unos 800 millones de personas.”

De hecho, el diplomático es el primero que traduce obras literarias y periodísticas del vietnamita al árabe y al revés. También participa muy activamente en los programas sociales aquí. “Frecuentemente dono sangre en los hospitales vietnamitas. En 2010, cuando Hanói conmemoró el milenio de su fundación, la Unión de Organizaciones Amistosas del municipio lanzó un concurso de escritura sobre la capital vietnamita. Aporté una obra con mil palabras sobre la historia y las reliquias hanoyenses. Afortunadamente, conseguí el premio especial, con el cual recibí un título de reconocimiento y un monto de dinero. Luego, cuando supe que la provincia central de Nghe An sufría graves inundaciones, envié dicha cantidad a las autoridades locales para ayudarles a superar las consecuencias del desastre.”               

Para el embajador, las relaciones actuales entre Vietnam y el mundo árabe aún no corresponden con las potencialidades disponibles. Espera que en el futuro, los medios de comunicación de los dos países promuevan la imagen del uno en el otro, para que la comunidad árabe conozca sobre Vietnam y al revés. Esto es uno de sus sueños para contribuir más a la nación asiática que ocupa una posición muy importante en su corazón.

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