Presidente Ho Chi Minh en ojos de su ahijada francesa

(VOVworld) – “El presidente Ho Chi Minh fue grande debido a sus actos tan pequeños pero humanitarios. Me acuerdo de él todos los días de mi vida.” Así lo expresó Elisabeth Helfer Aubrac, ahijada francesa de Ho Chi Minh.
El apartamento de Elisabeth Helfer y su marido en el distrito 9 de París está lleno de recuerdos sobre Vietnam. La mujer nació en 1946, año cuando el presidente Ho Chi Minh fue invitado a participar en la Conferencia de Fontainebleau. Fue aquella ocasión en la cual su padre, Raymond Aubrac, un revolucionario que había realizado muchas contribuciones en la lucha por la independencia de Vietnam, tuvo oportunidad de conocer al gran líder vietnamita y de crear una conexión entre su hija y el país indochino. Elisabeth recordó: “Leí el libro escrito por mi padre y también escuché su cuento sobre aquellos tiempos. Entonces, mi papá fue exdiputado del Parlamento de Francia y un día, invitó al presidente Ho Chi Minh a visitar nuestra casa. Por eso, el gran líder vietnamita se trasladó a nuestra vivienda desde principios de agosto hasta mediados de septiembre de 1946. En el mismo año, mi madre me dio a luz, el 15 de agosto. Ho Chi Minh nos visitó en la casa de maternidad Port-Royal en Paris, en la cual me apadrinó y me llamó cariñosamente Babette.”

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El presidente Ho Chi Minh y la pequeña Elisabeth Helfer

Desde entonces, cada año en su cumpleaños, Ho Chi Minh envió a la niña Babette cartas y regalos, los cuales ella sigue guardando hasta ahora. Cuando era pequeña, Babette frecuentemente hacía pinturas y escribía cartas a su padrino, y a pesar de los días ocupados y la feroz guerra en Vietnam, Ho Chi Minh siempre respondió, con una carta breve, una foto con su firma y sus tiernas palabras o unos saludos a través de amigos de la familia de Aubrac. Para Elisabeth, el obsequio más importante que recibió del presidente vietnamita fue una tela de seda, amarilla y suave, desde la aldea vietnamita de la seda Van Phuc, para coser su vestido de novia cuando se casara. El regalo fue entregado en 1967, en el último encuentro entre su padre y Ho Chi Minh. Elisabeth compartió: “El presidente contó con una vida llena de acciones humanitarias demostradas por un estilo simple. A diferencia con otros líderes, políticos y diplomáticos, siempre fue simpático y persuasivo con todo el mundo, desde los obreros y agricultores hasta otros estratos sociales. Le recuerdo cada día, fue él quien me generó un sentido de pertenencia al pueblo y al país vietnamita. Visité Vietnam con mi padre Raymond Aubrac. Mientras, mi marido y yo, como somos profesores, llegamos al país indochino dos veces cada año para enseñar sobre administración en el Centro Francia-Vietnam de Hanoi. Soy muy feliz por tener muchos estudiantes vietnamitas, quienes nos visitan a menudo y consideran nuestro apartamento en Vietnam como su casa”.

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Elisabeth recibe la Orden Ho Chi Minh, otorgada por el expresidente de Vietnam, Truong Tan Sang, en honor de su padre

Según ella, se siente muy orgullosa de la estrecha relación que tuvo su padre, Raymond Aubrac con el pueblo vietnamita en sus dos grandes combates contra el colonialismo francés y el imperialismo estadounidense. El hombre hizo muchos aportes a la renovación en Vietnam y la consolidación de las relaciones de esta nación con Francia. En agradecimiento a su colaboración, el país indochino le otorgó la Orden Ho Chi Minh, en 2012, poco después de su muerte, a los 97 años de edad. Elisabeth le representó en su lugar para recibir dicho honor.

Mientras estuvo vivo, el presidente Ho Chi Minh siempre prestó una atención especial y un enorme amor hacia los niños, tanto nacionales como extranjeros, porque para él, ellos serían los futuros dueños del mundo. Y en 1946, encontró a Elisabeth y la hizo su ahijada. A sus 70 años, la niñita de entonces sigue sintiendo mucho cariño por el querido “tío Ho” del pueblo de Vietnam.

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