Un artesano del casco histórico de Hanoi

(VOVworld) – El Casco Antiguo de Hanoi se conoce como un patrimonio arquitectónico de la capital vietnamita, donde se encuentran las aldeas de artesanos más originales de la antigua Ciudadela de Thang Long. Lo más interesante es que allí se conservan oficios artesanales aparentemente desaparecidos, entre ellos, el de herrería. Por eso, poco sorprende encontrar en ese barrio un taller donde todos los objetos de hierro se hacen a mano. El establecimiento pertenece a Nguyen Phuong Hung, cuya familia ha practicado este oficio desde hace cientos de años.

La industrialización nos hace olvidar que las manos pueden ser herramientas de trabajo muy útiles. Pero eso no ocurre en la casa número 26 de la calle de Lo Ren (Fragua), Hanoi. Todos los días, el herrero Nguyen Phuong Hung persiste en su labor con la fuerza de sus manos, en una las tenazas y en la otra el martillo para dar forma a los metales. Este hombre es el último que hace este trabajo en esa calle que solía ser la fragua de la capital, donde los martillos resonaban desde el amanecer hasta el anochecer, con los hornos casi nunca apagados.

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La herrería de Nguyen Phuong Hung se encuentra en la casa número 26 de la calle de Lo Ren, en el Casco Antiguo de Hanoi


No es fácil imaginarse que entre las muchas herrerías de la calle de Lo Ren, que usan máquinas con tanto ruido, hay un pequeño y tranquilo taller donde se continúa trabajando con las manos, y cuyos únicos sonidos provienen de los golpes de martillos y los hornos. Con el rostro enegrecido por el hollín, su brazo moteado con quemaduras, y con una vieja y rígida camisa algo sucia y sudada, Nguyen Phuong Hung aparece tan igual como los antiguos herreros de la Ciudadela de Thang Long. Por estar acostumbrado a las visitas de gente de todas partes, el herrero sigue entregando a su oficio y en un tono calmado contó lo siguiente: “Desde 1995, cuando comenzó la apertura del mercado, esta calle perdió su singularidad. Todo el mundo abandonó la forja para hacer negocios. Pero mi familia, no. Seguimos con este oficio tradicional. Ahora quedo yo y sigo haciéndolo a pesar de las dificultades. Ya sabes, si tomamos en serio nuestro trabajo, nos premia con rapidez. Y como todos lo han dejado, yo tengo un monopolio. Para mí, la creación de algo con mis propias manos realmente es una alegría e incluso un orgullo.”

La calle de Lo Ren ha cambiado significativamente. A diferencia del pasado, cuando a lo largo de la vía todas eran fraguas, ahora solo se encuentran tiendas modernas dedicadas a la venta de materiales de construcción de hierro y acero inoxidable, tales como escaleras móviles, puertas y ornamentos de ventanas. La fuerza humana ha sido reemplazada por los modernos tipos de soldadura, fresadora y cortadora, etc. Sin embargo, esa es la razón por la cual el taller de Nguyen Phuong Hung llama mucho la atención de los viajeros. En un espacio oscuro estrecho y rodeado de objetos de hierro, este hombre siempre sonríe, sin hacer a nadie pensar que su trabajo es realmente duro. “A menudo digo en broma que puedo dar la vuelta al mundo sin pasaporte. Sabes por qué? Porque muchos extranjeros vienen aquí y ellos me filman y me toman fotos como el último herrero de la capital. O en vuelos de las aerolíneas domésticas, me presentan en las revistas como un artesano. Me siento orgulloso de mí y de mi trabajo y yo sé que soy bueno en esta labor. Lo único que lamento es que los jóvenes hoy día parecen despreciar este oficio. Mira, también a mi hijo no le gusta que yo siga con este trabajo, pero le dije que para mí, todas las profesiones son iguales y cada persona tiene sus propias capacidades. No le obligo a que siga mis pasos pero espero que pueda hacer algo agradable para sí mismo y para su familia."

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El herrero Nguyen Phuong Hung está entregando a su oficio


Durante décadas, Nguyen Phuong Hung ha sido testigo de las constantes transformaciones de su calle. La gente viene y se va. Las tiendas abren y cierran. Solo él y su herrería se mantienen. Si alguien le dice que él y su trabajo ya son obsoletos, no le importa nada. Solo sonríe y comenta: “Es una pena la comercialización actual y nadie se preocupa por los oficios tradicionales. Ojalá que hubiera quien pudiera estimular en los jóvenes el deseo de vincularse a los trabajos artesanales del país. Si no, cuando todos desaparezcan, se van a arrepentir.”

Su frase fue interrumpida de repente porque apareció un cliente que trajo una bisagra rota. Él comentó que frecuenta el taller del señor Hung porque el dueño es muy agradable, amistoso y dedicado a su trabajo. Explicó que cualquier cosa, desde las de la casa hasta las industriales, siempre las hace o arregla con alta responsabilidad, y que él siente un cariño muy especial por los objetos hechos por Nguyen Phuong Hung. También expresó su arrepentimiento si algún día desaparece esta fragua.

La ciudad de Hanoi hoy día es moderna, pero dentro de la ciudad pervive este barrio antiguo donde se preservan muchos oficios artesanales de larga tradición. Pese a la desaparición de algunos de ellos, en la calle de Lo Ren se puede encontrar la fragua de Nguyen Phuong Hung, un tesoro valioso conservado desde el pasado.

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