Por José Llamos Camejo

-   Periodistas, ¿es verdad que usted se comunica bastante con los vietnamitas?

-    Sí, es cierto, ¿por qué?

-    Porque yo quiero enviarle una carta a los niños de ese país, ¿usted podrá ayudarme a que ellos la reciban pronto allá? –y apunta con el dedo hacia la pared donde está plasmado el mapa de la nación hermana, cuyo nombre identifica a la escuela: “Vietnam Heroico”.

-  Sí, puedo. Y lo haré con mucho gusto.

-    ¡Ay, gracias, qué bueno!  Vuelvo enseguida.

    La niña partió a la carrera por uno de los pasillos de la escuela primaría de la ciudad de Guantánamo, en la que estudian más de 250  pioneros entre los grados primero y sexto. La seguí con la vista y con mis sus pasos, hasta llegar a la puerta del local donde penetró la pequeña.

-    Pase y siéntese, –me dijo, sin apartar la mirada del papel donde plasmaba un mensaje–, voy a terminar rápido, ya verá.

La contemplé en silencio mientras ella escribía. A intervalos levantaba el bolígrafo del papel, meditaba brevemente y otra vez retomaba los trazos caligráficos, hasta hilvanar la carta que estuvo lista en pocos minutos. Luego me dijo: “se la voy a leer”. Y así lo hizo.

 Al final del texto, que también fue breve, estaba su nombre y otros datos  –hasta ese momento desconocidos por  mí–, porque antes no había podido preguntárselo a la remitente: Lílian Beatriz Hinojosa Guilarte. Pionera de sexto grado de la escuela primaria “Vietnam Heroico”, Guantánamo, Cuba.

Ella depositó la carta en mi mano, y repitió la encomienda: “por favor, envíesela cuanto antes a los niños y niñas de Vietnam”.

  Le prometí hacerlo, pero antes le hice algunas otras preguntas. Entonces supe que a ella le gusta reunirse con sus amigos los fines de semana en el pequeño parque junto a su hogar, para escuchar música y divertirse. Y que el fin de semana último no lo hizo, “porque había duelo nacional por la muerte del presidente de Vietnam”.

Lílian Beatriz también me contó que recibió la triste noticia a través de la televisión, que el pasado viernes en su escuela guardaron un minuto de silencio en homenaje a Tran Dai Quang, y que ese día le dedicaron a él los diez minutos de reflexión y debate.

“A Vietnam y a sus héroes los admiramos –dice Beatriz–; aquí todas las aulas tienen su coro, que tiene que ver con la historia de ese pueblo tan valiente, pero el viernes pasado –aclara–, tal como lo hicimos cuando falleció nuestro Comandante, cantamos otra canción: “A los héroes, se les recuerda sin llanto,  se les recuerda en los brazos… y que viven allí, donde haya un hombre, presto a luchar, y a continuar”.

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Texto íntegro de la carta enviada por la pionera cubana Lílian Beatriz Hinojosa Guilarte, al pueblo y a los niños vietnamitas, con motivo del deceso del presidente de ese hermano país del sudeste asiático:

Guantánamo, Cuba, 26 de septiembre del 2018.

“Año 60 de la Revolución”.

A las niñas y niños de  Vietnam Heroico, y a todo su pueblo:

Queridos amigos:

Sé que se sienten tristes por que ha muerto su presidente Tran Dai Quang, un hombre inteligente y valeroso, y seguidor de los ideales de Ho Chi Minh.

Mis compañeros de escuela, y yo, hemos pensado mucho en ustedes en estos días de luto, y hemos hablado mucho de su país lindo y amigo de Cuba. Sentimos la muerte de su gran presidente. A él le rendimos homenaje en todos estos días.

Estudien mucho para que cuando crezcan puedan seguir el ejemplo del Tío Ho y Tran Dai Quang.

¡Hasta la victoria siempre!:

                                  Lílian Beatriz Hinojosa Guilarte.

Escuela primaria “Vietnam Heroico”, Guantánamo, Cuba.