Muchachas Ede bailan al son de la canción “Llamado a la reunión” para transmitir sus felicitaciones a los ancianos. (Foto: VOV)

Un día a principios del pasado octubre, los ritmos de los gongs de bronce no dejaban de resonar desde el restaurante Yang Sin, en la aldea de Ako Dhong, en la ciudad de Buon Ma Thuot de la provincia de Dak Lak. La música advertía de la celebración por la salud de los ancianos en el poblado.  

En el vestíbulo del local, construido según la estructura de la tradicional casa larga de los Ede, 12 tinajas de aguardiente se encontraban atadas a los tantos palos, desde la más grande hasta la más pequeña. El conjunto de instrumentos musicales, incluidos grandes tambores y batintines de bronce, estaba colgado de una armadura, listos para servir a la fiesta.  

En el lugar central se encontraban sentados seis adultos de avanzada edad, entre 76 y 84 años, vestidos de flamantes trajes de brocados. Ellos fueron los protagonistas de la jornada especial.

La ceremonia se desarrolló entre 8 golpes de gongs. Cada retumbo avisa el comienzo de un nuevo paso en la celebración.

Después que se declarara oficialmente el inicio de los rituales, muchachas vistiendo los trajes típicos de su etnia, bailaron para transmitir sus felicitaciones a los ancianos al son de la canción denominada “Llamado a la reunión”.

Luego, a cada uno de esos seis adultos sus respectivos hijos o nietos les entregaron obsequios y les pusieron un brazalete de bronce. La ceremonia prosiguió con cantos y bailes, así como el disfrute del aguardiente que contenían las 12 tinajas.   

Los asistentes, en especial los protagonistas de la jornada, sintieron gran emoción, como si regresaran al ambiente festivo de las celebraciones de antaño, cuando aún practicaban el politeísmo y cuando los ritos ancestrales formaban parte de sus vidas. Una de las personalidades veneradas en esta ocasión, la octogenaria H Lu Arul, manifestó: “Según la tradición de los Ede, esta celebración es una ocasión para que los descendientes expresen su respeto y su gratitud a sus abuelos y padres. En la actualidad, esta fiesta recibe el apoyo del Estado. Las autoridades de la ciudad vienen para felicitarnos personalmente. Todos nos sentimos contentos. Hoy es un día para la alegría”.

A cada uno de los ancianos sus respectivos hijos o nietos les entregan obsequios y les ponen un brazalete de bronce. (Foto: VOV)

En las tradiciones culturales originarias de la minoría étnica Ede, la ceremonia de la salud es una de las más importantes. Cuando uno llega a la edad de 60 años, sus hijos y nietos ya pueden pensar en celebraciones y homenajes para venerarlo y rezar por su salud.

Para los ancianos Ede, esta es una actividad de gran significado. Para los jóvenes, es también un motivo de alegría. El festejo les brinda la oportunidad de experimentar y sentir las costumbres culturales únicas de su pueblo. H Zu Ni Nie, una nieta de la anciana Ho Goc Nie, compartió lo siguiente: “Hoy vengo a participar en la celebración de la salud de mi abuela. Me siento muy alegre. Asisto a los rituales deseando una muy buena salud para ella, y que tenga una vida larga y feliz junto a nosotros”.

Esta ceremonia se incluyó dentro de las actividades patrocinadas por la administración local de Buon Ma Thuot, con el fin de restaurar y preservar las tradiciones culturales de los Ede. Estas iniciativas promueven la conservación de las prácticas más estimadas, como las interpretaciones con los gongs y la entrega del brazalete de la salud, y alejar los ritos engorrosos y las abundantes ofrendas que se preparaban para la ceremonia. El patriarca Y Blah EBan, de la aldea de Ako Dhong, explicó: “Antes, sacrificábamos reses y búfalos para la ceremonia. Además, celebrábamos los rituales de modo separado, según cada familia. Hoy, personas de 70 y 80 años de edad son invitados a esta fiesta común. Esta es la primera actividad comunitaria organizada en honor a los ancianos de mi aldea. Deseo que eventos como este sigan desarrollándose en el futuro”.

También, según la tradición, esta fiesta debía celebrarse a lo largo de tres días. En la actualidad solo se desarrolla en una jornada, de forma conjunta, con el fin de reducir los gastos de las familias sin perder la identidad cultural y el bello significado de esta actividad de respeto y gratitud hacia los mayores.