(VOVworld) – Tanto para los Kinh, quienes representan la etnia mayoritaria de Vietnam, côm para el grupo étnico San Chi, la casa comunal es el lugar donde veneran a la deidad protectora de la aldea y efectúan los ritos sagrados. Sin embargo, si esta estructura en la comunidad Kinh desempeña el papel central en las actividades y los acontecimientos comunitarios, en la etnia San Chi la casa comunal resalta por ser su base espiritual y solo se abre una sola vez el 2 de enero lunar en ocasión de la Fiesta Tradicional del Tet (Año Nuevo).

En la comuna de Kien Lao, del distrito de Luc Ngan, provincia de Bac Giang, donde se concentra la población San Chi, cada aldea posee una casa comunal. Esta construcción en la mayoría de los casos es tan sencilla que en apariencia se asemeja a una vivienda normal. En el interior no hay artículos de madera ostentosos cubiertos de pintura laqueada o láminas de oro, ni estatuas o sentencias paralelas escritas en chino clásico como en las estructuras de los Kinh, sino un altar sobre el cual se coloca un incensario. Sin embargo el lugar en el cual se levanta esta la casa comunal es escogido con mucha prudencia. El señor Lam Van Oanh, un residente local dio a conocer: “Las casas comunales de los San Chi fueron construidas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX en sitios muy favorables bajo la sombra de los árboles seculares, según reglas geománticas. Han sido restauradas y remodeladas en varias ocasiones por los aldeanos. ”   

El rito de pedir por un Año nuevo venturoso en el patio de la casa Comunal de los San Chi en Phu Tho

Aunque no poseen una suntuosa arquitectura ni abundantes accesorios de culto, estas casas comunales mantienen estrictas reglas. Ly Hong Vien, encargado de asuntos de masas del caserío Ho dijo: “Las casas comunales se abren el dos de enero según el calendario lunar. Este día, las familias locales vienen aportando dinero y ofrendas para celebrar un rito en homenaje de la deidad protectora de la aldea y orar por un año venturoso asignando a una persona apta para dirigir la ceremonia. En esta fecha, abordamos algunos quehaceres de la aldea y desplegamos lo acordado previamente en la población.”

Aunque las puertas de las casas comunales se abren solamente el segundo día del Año nuevo lunar según los principios aldeanos, hay excepciones. El señor Lam Van Oanh dijo: “Cuando surge algún acontecimiento importante relacionado a la comunidad, los aldeanos se reúnen en la casa comunal para debatir el asunto u orar. Por ejemplo antes mi aldea era golpeada frecuentemente por epidemias o plagas, entonces se llevaban a cabo ritos para pedir la protección divina. En el aspecto espiritual mientras la ciencia todavía no se desarrollaba, se recurría a las fuerzas supernaturales. Las reuniones en la casa comunal también llevan una marcada característica humana y comunitaria.”

Las familias aportan ofrendas al Protector divino de la aldea en las ceremonias efectuasas en la casa comunal

Por otro lado, si en una familia muere una persona, el dueño de la casa se abstiene de ir a la casa comunal o a las reuniones comunitarias que se realizan en el lugar. Las prohibiciones relacionadas con la casa comunal son respetadas siempre por los San Chi. En referencia a las ofrendas, Ly Thi Nam, pobladora del caserío Ho dejó saber: “Las ofrendas pueden ser una botella de ron y un pastel de arroz glutinoso “banh chung”. Hay familias que aportan platos de carne de cerdo o cuencas de sopa. Las comidas deben ser frescas, limpias y bien cocinadas. La elaboración de las ofrendas se suele encargar a los hombres. Desde tiempos remotos seguimos estrictamente estas reglas”.

Pese a las transformaciones de la vida moderna de hoy, los San Chi mantienen y cumplen los ritos de sus antepasados, con el deseo de que su familia y toda la comunidad tengan suerte y gocen de circunstancias buenas. Las casas comunales siguen siendo el sustento espiritual de generaciones de pobladores San Chi, ayudándoles a confiar más en sí mismos en la construcción y desarrollo de la comunidad.