Valor, determinación y capacidad de gestión, herramientas de éxito ​

Según publica el órgano oficial del Ministerio de Salud la tarde de hoy, después de descubrir un grupo de casos de COVID-19 relacionados con una organización religiosa, el vicepresidente del Comité Popular de Ciudad Ho Chi Minh, Duong Anh Duc, ha declarado que “la situación está bajo control. Las fuerzas están rastreando, probando y examinando urgentemente a gran escala. Las zonas de alto riesgo implementarán el distanciamiento social de acuerdo con la Directiva 15 / CT-TTg o la Directiva 16 / CT-TTg”.

Con esta declaración, el vicepresidente del Comité Popular de Ciudad Ho Chi Minh muestra tres cosas que son tan importantes como necesarias para lidiar con la pandemia: valor, determinación y capacidad de gestión.

Valor, determinación y capacidad de gestión, herramientas de éxito  ​ - ảnh 1El viceministro de Salud Nguyen Truong Son revisa la toma de muestras para las pruebas de COVID-19 en una zona infectada. (Foto: qdnd.vn) 

Muestra valor porque, haciendo tan solo 12 horas que se detectaron los nuevos casos relacionados con una orden religiosa afirma que, pese a la dificultad que entrañan los trabajos de búsqueda y rastreo (pilares de la estrategia vietnamita de lucha contra la COVID-19), la cadena de contagio se encuentra bajo control. Hace falta mucho valor político para realizar esa afirmación y estar muy seguro y convencido de que se están dando los pasos adecuados, máxime cuando el viceprimer ministro Vu Duc Dam nos recuerda que se han emitido documentos que especifican las responsabilidades del Comité del Partido y el jefe responsable directamente de combatir la epidemia en la zona. El propio primer ministro declaró hace unos días que es necesaria la descentralización organizativa y la personalización de responsabilidades. 

Nos muestra también determinación, ya que el trabajo de los grupos de rastreo y toma de muestras durante la noche de ayer y la mañana de hoy ha sido esencial a la hora de atajar el brote. Llamando a cada puerta, registrando cada callejón, cada calle, cada edificio, al igual que con las dos cadenas de contagio detectadas la semana pasada, queda patente el trabajo sin descanso tanto de los profesionales que llevan a cabo dichas tareas, como la determinación política para llevarlo adelante.

Y además, no es posible conseguir este resultado si no existe una gran capacidad de gestión y organización. Ciudad Ho Chi Minh, gran urbe poblada por más de 12 millones de personas, resulta un hueso muy duro de roer que requiere de grandes dotes organizativas. En pocas horas, 16 áreas de la ciudad fueron bloqueadas y selladas, y esto requiere un gran conocimiento de la ciudad y sus entresijos.

Sin embargo, siendo esto importante, no lo es menos el observar como la estrategia de aplicación de determinadas medidas ha venido afinándose cada vez más. Ya tuvimos la ocasión de observar como, tanto durante el brote en la provincia norteña de Hai Duong a principios de año, como en relación al brote detectado en octubre del año pasado en la ciudad, se limitaban los cierres perimetrales a lo mínimo necesario e imprescindible ya que resulta primordial para un país como Vietnam, en un momento álgido de su proceso de desarrollo económico y social, mantener las actividades de la ciudadanía. El cierre que se produjo en Danang en agosto pasado fue una lección de la que se aprendió, como siempre, ya que resultó un tanto traumático para la economía y la gente la ciudad. Danang, es la tercera urbe del país con más de 1 millón de habitantes, y su cierre por completo, si bien es cierto que se acabó con el brote en poco más de tres semanas, dejó su huella en la actividad económica, afectando a miles de familias.

En este sentido, afirma el vicepresidente que se aplicarán las medidas de distanciamiento social en función del grado o nivel de riesgo. Esto significa que, en algunos lugares, se aplicará la medida más estricta esto es, la Directiva 16 que limita al máximo la movilidad y donde la gente ha de permanecer en sus domicilios y dentro de un área sellada y a otros, se aplicará el contenido de la Directiva 15, que permite determinada movilidad. Con esta estrategia de cierre perimetral más flexible, se forman una especie de capas o líneas de protección de tal manera que el impacto en la ciudadanía de dichas medidas resulta menos gravoso.

Adaptarse a la nueva situación, a la complicada evolución de la pandemia, es la nueva tarea que espera al gobierno y a las autoridades de provincias y ciudades si se quiere continuar en la senda de crecimiento económico y lucha contra la enfermedad bajo la premisa que siempre ha guiado sus actuaciones: salvaguardar la salud de la comunidad.

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