(VOVworld) – Según lo previsto, este 18 de febrero, Irán y el Grupo P5+1 reanudarán las negociaciones nucleares, con el objetivo de sellar un acuerdo integral y duradero. Sin embargo, los sucesos en torno al programa nuclear de Irán preludiaban una ardua labor para lograr esta meta.
Esta es la primera conversación de alto nivel entre Irán y P5+1, el grupo integrado por Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Rusia y China- los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania, desde que se rubricó el acuerdo preliminar, el pasado 24 de noviembre. Las pláticas estarán presidida por la alta representante de la Unión Europea para la Seguridad y la política exterior, Catherine Ashton, y según lo previsto, durarán algunos días.
Los cancilleres de Irán, China, Estados Unidos, Rusia y Francia
en la firma del acuerdo preliminar el 24 de noviembre de 2013
Pesimismo cubre las negociaciones
Antes de empezar los diálogos, las partes expresaron escepticismo sobre un fin positivo, en pos de aliviar la preocupación de la comunidad internacional por el supuesto desarrollo de armas nucleares del país persa, lo que hasta ahora siempre desmiente Teherán. Un alto funcionario de Estados Unidos admitió que es complicada búsqueda de un acuerdo duradero acerca del programa nuclear de Irán, objeto de gran polémica durante décadas. Mientras tanto, las autoridades iraníes tampoco se muestran optimistas sobre este proceso. El líder religioso de Irán, Ali Jameini, predijo que serán en vano las negociaciones con potencias mundiales. Esta estimación parece un mensaje que quiso transmitir a Washington sobre el previsible fracaso de las actuales conversaciones. El ayatolá también opinó que el problema nuclear de Irán solo sirve de pretexto a Estados Unidos, y que nunca cesará su hostilidad hacia Teherán.
El canciller iraní, Mamad Javad Zarif, sostiene que el mayor reto reside en la incredulidad de las partes.
Coincidiendo con estas opiniones, analistas estimaron que es muy baja la posibilidad de la firma de un acuerdo integral y duradero sobre el tema, de casi el 10%. Un acuerdo temporal sobre el tema puede ser la vía más factible para Occidente en este momento, vaticinaron.
Una sesión de trabajo entre los negociadores de Irán y del Grupo P5+1
Desacuerdos: obstáculo principal de las negociaciones
Las agudas contradicciones entre Teherán y Occidente, así como la protesta de la oposición en cada lado constituyen amenazas permanentes que pueden desatarse en cualquier momento en el proceso de negociación.
De acuerdo con el negociador iraní, Hamid Baeedinejad, los próximos diálogos entre Irán y las 6 potencias se centrarán en las avanzadas centrifugadoras y el reactor de agua pesada Arak, en construcción.
Occidente manifiesta más de una vez su inquietud, al sospechar que Teherán pueda procesar plutonio en la base Arak para de ahí fabricar bombas atómicas. En respuesta, Baeedinejad reafirmó que Irán nunca abandonará su derecho a la energía nuclear, concretamente el derecho de sustituir las centrifugadoras actuales por las nuevas y más modernas.
Una semana antes de las negociaciones, las autoridades iraníes advirtieron que no habrá concesiones en cuanto a los problemas más espinosos. Majad Takhte Ravanchi, un funcionario integrante de la delegación negociadora de Irán aseguró que Teherán no cerrará ninguna de sus instalaciones nucleares.
A su vez, parecen que los países occidentales no cambiarán su idea de que Irán debe desmantelar ante todo las partes más peligrosas de su programa nuclear.
En este escenario, inmediatamente después de arribar a Viena para preparar las nuevas conversaciones con el P5+1, el ministro de relaciones exteriores de Irán, Javad Zarif, llamó a las partes a poner en alto su voluntad política para lograr el esperado resultado. Según Zarif, el acuerdo preliminar alcanzado por ambas partes en noviembre de 2013 es un paso positivo y además deberá ser acatado cabalmente. Ciertamente quedan aún problemas por esclarecer y que exigen a las partes resolver en el proceso de negociación, añadió.
Los diferendos profundos entre Irán y Occidente obviamente impactarán negativamente a los resultados de las conversaciones nucleares. Por lo tanto, un acuerdo integral resulta todavía una utopía mientras las partes no cambian su enfoque sobre el tema y no se den concesiones mutuas.