(VOVworld) – Este miércoles, Siria volvió a sacudirse  por un doble atentado explosivo contra la sede del Estado Mayor de la Defensa, mientras el período 67 de sesiones de la Asamblea General de la ONU, se ha visto marcado en especial por la crisis en esa república árabe. Aún no aparecen señales alentadoras que conduzcan al cese del prolongado conflicto sirio pese a esfuerzos diplomáticos de la comunidad internacional. Tampoco la opinión pública espera que en este foro mundial, los estadistas presentes logren medidas enfiladas a resolver de raíz el difícil contencioso.  

El atentado contra la sede del comando, segundo de este tipo en dos días en Damasco, fue atribuido a los rebeldes sirios. Aunque el Gobierno informó que no causó pérdidas humanas, la magnitud del ataque hizo que se recordara otro similar hace un mes contra la Agencia nacional de Seguridad que cobró la vida de 4 autoridades. La violencia, o sea la guerra civil siria, por atroz que sea, persiste aun sin respuesta.

Se recuerda que el plan de paz de 6 puntos diseñado por el ex enviado especial común de la ONU y la Liga Árabe sobre Siria, Kofi Annan, recibió el apoyo de todas las partes. No obstante, fracasó en corto tiempo a causa de la carencia de un mecanismo eficiente de operaciones y las posturas de parcialidad de algunos países en los enfrentamientos. Para presionar la dimisión de Bashar al-Assad, Francia y países árabes llamaron a la oposición siria a fundar un Gobierno temporal, pero esta propuesta enfrenta la discrepancia de EEUU. Washington criticó a Francia por su decisión precipitada y carente de la coordinación entre otras partes vinculadas, considerando prematuro la creación de un Gobierno provisional cuando los opositores todavía no logran un plan de transición. Además, Occidente y las naciones árabes aún no reconocen a la oposición como una institución administrativa legal. Algunos países en la región se prepararon para suministrar armas a la oposición siria mediante bases militares en Turquía.

En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU intentó en enésimas ocasiones resoluciones para pedir la dimisión de Bashar al-Assad, pero China y Rusia siempre las vetaron. Estos dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad mantienen su apoyo a las negociaciones diplomáticas y rechazan las injerencias militares y sanciones económicas. El enfoque de Beijín y Moscú se reafirmó este 26 de septiembre cuando el Consejo de Seguridad estuvo considerando un anteproyecto de resolución elaborado por Marruecos, el cual instó al presidente sirio a entregar el poder al vicepresidente. Por su parte, enviado especial conjunto de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi reveló que está diseñando un plan de paz para Siria pero necesita más diálogos de las partes. Nadie sabe si esta propuesta llegue al último fin. Aunque el presidente Bashar al-Assad renuncie o no a su poder, analistas esperan un pronunciamiento dirigido a Damasco en el período 67 de sesiones de la Asamblea General de la ONU si las partes en su seno logren consenso, que es un factor clave al respecto.

Mientras tanto, Siria confronta el corolario de la guerra civil, expresado en crisis alimentaria como resultado de una fallida cosecha, sirios heridos en los conflictos que no puedan acudir al médico y niños sin asistir a las escuelas donde se refugian los ciudadanos que pierden sus viviendas. Fábricas y obras civiles quedan destruidas. La oleada de inmigrantes civiles sirios en países vecinos aumenta. El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe reconoció que la situación siria se agrava cada día y amenaza la seguridad regional y la paz mundial.

Cuándo y cómo se verá el término del conflicto sirio si aún continúan las discrepancias entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU al respecto. Mientras las partes sigan sin alcanzar consenso sobre un arreglo pacífico para ese país, o al menos se logre el cese al fuego o alguna iniciativa que resuelva esta difícil cuestión, el futuro de Siria continúa proyectando un panorama oscuro./.