(VOVworld) – Después de las elecciones parlamentarias de la octava legislatura en Ucrania con la victoria de los partidos pro Occidente, Kiev acelera la negociación para formar un gobierno de alianza. Sin embargo, las diferencias internas y el aumento de los enfrentamientos con los rebeldes en el este del país obstaculizan el cumplimiento de los ambiciosos compromisos de los dirigentes con sus electores para restablecer la paz y ampliar las relaciones con la Unión Europea. 

Nada más triunfar en las elecciones parlamentarias el 26 de octubre, las fuerzas nacionalistas moderadas y partidos pro occidentales, asumen la ardua tarea de formar un gobierno de alianza. Con el 98,4% de los votos escrutados, el Frente del Pueblo del primer ministro Arseniy Yatsenuk logró el 22,17% de los sufragios, frente al 21,82% del bloque del presidente Petro Poroshenko.

Dificultad en equilibrio del poder en nueva administración

Luego de los comicios, muchos esperan que ambos partidos se coordinen en el nuevo gobierno y que Yatsenuk mantenga el cargo de primer ministro. Para lograr la mayoría absoluta, los dos bloques tienen que recurrir a la Asociación de Autoayuda que ocupa el tercer lugar. Sin embargo, el premier Arseniy Yatsenuk reconoció el 29 de octubre su intención de mantenerse en el cargo pero rechazó el acuerdo de coalición propuesto por el bloque de Poroshenko y presentó su propio plan de aliarse con otros partidos. Esto quiere decir que aunque las facciones ganadoras apoyan el acercamiento a Europa, no resulta fácil instaurar un nuevo gobierno que garantice los beneficios entre las partes implicadas.

Las diferencias políticas internas siguen siendo críticas. La política de pacifismo, armonía y reconciliación del pueblo y negociación con los separatistas enarbolada por el presidente Petro Poroshenko, no consigue el apoyo del Frente del Pueblo del primer ministro Arseniy Yatsenuk. Tan pronto concluyeron los comicios, Yatsenuk declaró que la nueva administración necesitará solucionar los choques con las fuerzas del este ucraniano. Mientras, Petro Poroshenko se concentra en gestionar una imagen de político moderado en favor de reformas por el bienestar del pueblo y con capacidad para cicatrizar las heridas de la división nacional, sus compañeros le acusan de carecer de determinación militar contra los rebeldes.

Qué futuro para Ucrania?

“En el actual contexto, se duda si Petro Poroshenko logrará crear una fuerza con suficiente capacidad para materializar sus políticas. El problema del este del país parece una cuestión sin respuesta. A unas horas de las elecciones, estallaron enfrentamientos entre el ejército del gobierno y los separatistas, afectando a decenas de habitantes, sin contar choques bélicos continuos en algunas ciudades bajo el control del gobierno. Además, el próximo 2 de noviembre, las áreas separatistas celebrarán sus propios comicios, lo que refleja una intención de desvincularse de la administración central pro Occidente. Representantes de las ciudades Donetsk y Lugansk se pronunciaron por el “no” a las negociaciones del cese el fuego y por reconquistar las zonas bajo el control del gobierno. Esto significa que a pesar de la buena voluntad de la administración del presidente Petro Poroshenko en la reconciliación nacional, no se alcanzan resultados positivos.

Otro problema reside en cómo garantizar una fuente de energía para superar un invierno crudo que está a punto de llegar y con una fecha tope para saldar las deudas con Rusia. Además, el agotamiento del presupuesto estatal junto con el aumento creciente de la tasa de inflación y la brecha entre ricos y pobres proyectan sombras sobre el futuro de Ucrania. De esta manera, ciudadanos ucranianos abrigan pocas expectativas de progreso social después de las elecciones. La inestabilidad política, el riesgo de crisis, la escasez de combustibles, el hambre, el frío y una economía al borde de la quiebra son los retos que enfrenta Ucrania.

En este momento, Kiev necesita de una alianza política para recuperar la paz y realizar reformas profundas para salvaguardar la nación de la crítica situación. Sin embargo, los últimos acontecimientos demuestran la falta de perspectivas hacia un viraje que rescate al país de la crisis.