(VOVworld) – Aunque los resultados finales de las elecciones parlamentarias de la Unión Europea han sido anunciados con la victoria del Partido Popular Europeo, seguido por la Alianza de los Socialistas y Demócratas con mayoría legislativa, sorprende el surgimiento de las facciones de nacionalismo y extrema derecha, considerado como “una verdadera oposición" del europeísmo. Esta tendencia preocupa a líderes de la Unión Europea, ya que afecta la recuperación y el desarrollo económico del bloque.

751 escaños parlamentarios se distribuyen a los países integrantes de la Unión Europea en dependencia de la población de cada uno. Al menos el 20% de los puestos en esta legislatura pertenecen a los partidos antieuropeos.

Surgimiento de extrema derecha contra la Unión Europea

En la mayoría de los países miembros del Parlamento Europeo, los partidos de ultra derecha en contra de una mayor integración europea lograron un número de escaños jamás visto hasta la fecha.

En Francia y Reino Unido, el Frente Nacional y el Partido de la Independencia, respectivamente, predominan en relación a otras facciones políticas importantes que asumen consecutivamente el poder. Además, el ultranacionalista y xenófobo Partido Popular Danés, en rechazo a la política de inmigración, ganó las elecciones europeas en el país con el 23,1% de los votos a favor mientras que los partidos de extrema derecha y nacionalismo en Austria, Polonia, Hungría y Finlandia logaron un buen número de escaños parlamentarios. En especial, el nuevo partido euroescéptico “Alternativa para Alemania” se presentó por primera vez en los comicios legislativos del bloque. Todas estas instituciones políticas buscan la salida de la eurozona porque no confían en su futuro.

Por qué se ha perdido la confianza en el techo común? Esta pregunta ha sido considerada por dirigentes de los países involucrados durante años.

Consecuencia obvia de la desconfianza

En la actualidad, se registró el número más bajo de votantes que acudieron a las elecciones legislativas, hasta el momento, ocupando el 43% de los 400 millones de electores de los 28 naciones integrantes, una reducción drástica en comparación con los comicios previos. Aunque este evento quinquenal reviste un significado trascendental, no se presta mucha atención a la selección del candidato más potencial para representar a su país en el Parlamento Europeo.

Ya han pasado 5 años desde que estallara la crisis económica – financiera mundial y no se vislumbran señales alentadoras de por parte de las instituciones políticas del bloque e incluso de cada gobierno pertinente. El encarecimiento de las mercancías y el aumento de recaudación de impuesto y la tasa de paro en medio de la reducción del bienestar social erosionan la confianza de los ciudadanos en los programas de acción adelantados por su administración. Todos atribuyen estos problemas a los líderes del bloque. El alto porcentaje de votos a favor de los partidos de ultraderecha representa una prueba elocuente. 

Busca de nuevo camino para el futuro

La actual situación preocupa a dirigentes de la Unión Europea. El primer ministro de Francia, Manuel Valls lo calificó de “pánico político” en el continente. Analistas opinaron que los resultados electorales reflejan una inestabilidad más grave que la última crisis económica – financiera que había deteriorado la eurozona. Dirigentes del bloque se reunieron en Bruselas para enfrentar la tendencia del aislamiento de la Unión, cuya posición se ha consolidado en el Parlamento Europeo. El presidente de Francia, François Hollande propuso construir un bloque sencillo, claro y eficiente mientras que el primer ministro de Reino Unido, David Cameron exhortó a una renovación del liderazgo. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barosso declaró que es la hora para que dirigentes políticos de los países integrantes piensen con seriedad sobre su responsabilidad.

Sin embargo con la ascensión de los ultraderechistas, se duda si la reforma del bloque tenga progresos. La cuestión sobre la capacidad para lograr el consenso entre las instituciones pertinentes y entre dirigentes de los países miembros ha sido ya esclarecida. Con el pensamiento antieuropeo, se estiman que en lo adelante, las opiniones diferentes en el Parlamento Europeo afectarán el Acuerdo de Schengen sobre la libertad de desplazamiento entre los estados integrantes y la operación bancaria comunitaria y alterará el orden del bloque. Después de 5 años de combatir las deudas públicas, la Unión Europea ha entrado en una nueva etapa difícil para buscar un consenso común en espera de un mejor futuro.