Prolongado caos en Afganistán

(VOVWORLD) - Kabul, la capital afgana, se vio sacudida estos días por consecutivos ataques con graves pérdidas humanas. Han sido calificados como los más sangrientos desde que Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) suspendieran en 2014 su intervención militar en ese país. Tal escenario preocupa a la comunidad internacional respecto a la eficiencia de los estadounidenses para erradicar a los grupos yihadistas en Afganistán.

El 29 de enero pasado, once efectivos afganos murieron tras el atentado suicida perpetrado por el autodenominado Estado Islámico (EI). Sólo dos días antes, un coche-bomba explotó en el centro de Kabul y provocó la muerte de más de 100 personas, un incidente cuya autoría reivindicaron los talibanes. Durante un mes, ante el desespero del gobierno afgano, esa ciudad sufrió ataques sucesivos por parte del EI y los talibanes.

Prolongado caos en Afganistán  - ảnh 1 Las fuerzas de seguridad afganas en Kabul, el 29 de enero de 2018 (Foto: Xinhua/VNA)

Vacío de seguridad

El caos en Afganistán es una resultante de los conflictos incesantes entre el Ejército y los talibanes. Tal escenario posibilitó los levantamientos de varias organizaciones terroristas, entre ellas el rival EI. Las fuerzas de seguridad intensificaron las operaciones contra los extremistas islámicos en todo el país, pero los enfrentamientos se cobraron la vida de innumerables efectivos afganos.

Tras el retiro de los militares norteamericanos y de la OTAN del país centroasiático, los talibanes recuperaron paso a paso su organización y ocuparon varias zonas en ese territorio. Lanzaron cada día ataques dirigidos principalmente contra las fuerzas apoyadas por la Casa Blanca. De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas publicado a finales del 2017, ese grupo consolidó su red en las áreas ya controladas y a la vez extendió su operación a otras. Incluso, penetraron en los cuerpos de seguridad afganos para oponerlos dentro de su seno.

La comunidad internacional duda sobre la eficiencia de los entrenamientos de los soldados afganos por parte de Washington. Según observadores, la respuesta se vincula a la rápida creación de esta alianza que agrupa a diversos clanes. Otra razón radica en que Estados Unidos redujo el número de efectivos en Afganistán para concentrarlos en Iraq y Siria, lo que generó vacíos de seguridad en Kabul, indicaron analistas.

Prolongado caos en Afganistán  - ảnh 2 Los talibanes acantonados en la provincia afgana de Farah (Foto: AFP/VNA)

Guerra sin término

En agosto de 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, publicó una estrategia para Afganistán a fin de aumentar la presión sobre los talibanes y obligarlos a sentarse ante la mesa negociadora. Además, Washington pidió al Gobierno pakistaní imponer medidas más severas para impedir los apoyos a los talibanes acantonados en la frontera entre ese país y Afganistán.

No obstante, las políticas de la Casa Blanca aún son ineficaces. Para vencer a los talibanes y los yihadistas del EI, Kabul debe ganar la confianza del pueblo en su capacidad de gestionar. Pero esto no es fácil de cumplir. Los frecuentes atentados de estos días dejan al desnudo las debilidades de la administración afgana para garantizar la seguridad nacional.

Reforzar al ejército afgano e impulsar los militares norteamericanos constituyen la llamada nueva estrategia de Estados Unidos para Afganistán. Sin embargo, las amenazas no sólo proceden de los talibanes y el EI, sino también de las redes terroristas de Haqqani y Al-Qaeda.

Analistas internacionales estiman que la política de Donald Trump en esa batalla no es “nueva” en comparación con las aplicadas por sus antecesores. Asimismo, dudaron de las injerencias militares para resolver los conflictos en el seno de Afganistán. Parece estar lejos un acuerdo final entre las partes en conflicto, con lo que el territorio centroasiático podría continuar hundiéndose en un caos sin salida.

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