(VOVWORLD) - Phan Thi Mai, de 52 años, es una cristiana ejemplar de la aldea de Khanh Hung A, distrito de Tran Van Thoi, provincia sureña de Ca Mau. Desde una temprana edad, asistió a la iglesia de su barrio, donde aprendió a amar y servir a los menos afortunados, para ya nunca dejar de hacerlo.
 La señora Phan Thi Mai. (Foto: VOV) |
Pobre y víctima de un leve derrame cerebral, Nguyen Van Nghiem vive en una situación extremadamente precaria. Durante la pandemia de covid-19, no recibió apoyo financiero de sus hijos que viven lejos. No podría haber sobrevivido sin la ayuda de Phan Thi Mai y su familia.
“Ser pobre y estar afectado por la pandemia es la peor parte. Por eso nunca rechazo las solicitudes de mis vecinos. Les doy lo que puedo, arroz, verduras, frutas o incluso dinero”, dijo.
La señora Mai siempre responde a las actividades caritativas promovidas por las autoridades y asociaciones humanitarias locales. Ella es miembro activa de la asociación Legio que distribuye ayuda financiera a familias en situación precaria del distrito. Todos los años, con motivo de la Navidad, pide la donación de regalos o dinero a favor de los cristianos con escasos recursos económicos.
“La Navidad es la fiesta más importante del año para los cristianos. En esta ocasión, todos deben arrepentirse de sus pecados y hacer algo bueno por la comunidad. Por tanto, hacer donaciones a los pobres es una buena idea. Esto permite que todos celebren la Navidad con alegría”, señaló.
Siendo una cristiana virtuosa, Mai visita regularmente la iglesia y participa de manera activa en las actividades organizadas por la parroquia, especialmente en los programas humanitarios. También les enseña a sus hijos a hacer lo mismo. Es por esta razón que Mai es un ídolo para muchos de sus vecinos, incluida Le Thi Tham, quien compartió: “La señora Mai nunca comete un pecado y respeta la ley. Aunque no es rica, a menudo ayuda a los necesitados. Cada mes, apoya a los más necesitados con 10 kilogramos de arroz. No he encontrado a una persona tan bondadosa como ella”.
No es una persona común, pero para la señora Mai, practicar el consejo de Dios es la ley.