Pham Phao es una parroquia tranquila en la comuna de Hai Minh, distrito de Hai Hau, a 90 kilómetros al noroeste de Hanói, cuyo nombre se deriva del linaje de Pham, el cual tuvo el mérito de fundar esta localidad, mientras “Phao” es una derivación de la topografía del caserío al mirar desde arriba, como la forma de un cañón.

El cristianismo se introdujo allí a principios del siglo XVI y marcó profundamente la vida de los aldeanos. Una prueba de ello es la aparición de la iglesia de Pham Phao, la cual fue construida en 1908. Aquel año se fundó una gran fanfarria en este lugar, especialmente destinada a acompañar a los servicios religiosos, pero que posiblemente podría usarse en otras ocasiones. Al principio, los aldeanos tenían que comprar instrumentos importados del exterior. Pero con el uso, algunos se dañaron y consumía mucho tiempo, dinero y esfuerzos mandarlos a su país de origen para repararlos. Nguyen Xuan Phat, un aldeano, recordó: “Antes de 1945 ya había una fanfarria en Pham Phao, al servicio de las necesidades religiosas y sociales de los aldeanos. Durante ese proceso se formó gradualmente el equipo de trompetas. Pero cuando era necesario reparar una trompeta, debía enviarse al extranjero. Así que tuvimos que aprender a repararlas y hacerlas nosotros mismos.”

Hasta el momento, los agricultores locales no solo tocan bien este tipo de instrumento musical, sino que también dominan la técnica de repararlo y producirlo. Con el tiempo, este trabajo se ha convertido en un oficio en el caserío.

Inicialmente, solo unas diez familias en la aldea practicaban la trompeta. Sin embargo, en la última década, ese número llegó al 70% de su población debido a la tendencia creciente a tocarla en Nam Dinh. Nguyen Van Cuong, un fabricante, dejó saber: “Se trata de una profesión transmitida de padres a hijos. Yo represento la cuarta generación de una familia que ha cimentado su reputación en la calidad del trabajo. A los miembros de mi familia también les apasionan la música y la reparación de trompetas, así que ahora mis hijos siguen haciendo este trabajo.

Las complicadas técnicas de fabricación de trompetas parecen fáciles bajo las manos hábiles de los campesinos vietnamitas. Aunque todas las etapas de ejecución se realizan a mano, la calidad de los instrumentos en nada desmerecen a los estándares y hace que las trompetas de Pham Phao satisfagan a los profesionales más exigentes. Uno de ellos es el jazzista Quyen Van Minh, quien por unos 30 años ha sido un cliente fiel de los fabricantes locales. Él estimó lo siguiente: “Conozco al señor Nguyen Van Cuong desde hace varias décadas, por lo que le doy total confianza en su producto. Es bueno que haya personas como él capaces de hacer trompetas que reflejan el alma vietnamita.”

Según estadísticas, en Pham Phao hay al menos 1.500 autóctonos con habilidades musicales. Dos tercios de ellos pueden tocar un instrumento, mientras que siete jóvenes del pueblo se graduaron en prestigiosas escuelas de música del país. Al llegar allí y presenciar la interpretación de los granjeros en los festivales aldeanos, el visitante no aprecia diferencias entre la música que hacen los aficionados y los profesionales porque todos la ejecutan con el corazón.

Los sonidos de las trompetas de Pham Phao seguirán trepidando, reviviendo el amor del país, contribuyendo a la solidaridad y manteniendo una profesión tradicional de larga data en el país.