La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley (Foto: Reuters)

 La diplomática también enfatizó que la decisión de Washington se tomó frente al hecho de que ninguna nación tiene el coraje de apoyar las luchas para reformar la organización. Agregó que la retirada de Estados Unidos no significa que ignore sus compromisos en materia de derechos humanos.

Inmediatamente después, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que el secretario general del organismo quería que Estados Unidos permanezca en el Consejo y que la estructura de este cuerpo juegue un papel muy importante en la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo.

Desde su toma de posesión en 2017, el presidente Donald Trump anunció retirar a Estados Unidos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, recortó fondos para muchas agencias de esta entidad internacional y abandonó del Acuerdo de París sobre el cambio climático y el histórico tratado nuclear con Irán.

El mismo día, el presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Vojislav Šuc, confirmó la salida de Estados Unidos de su órgano y calificó de “activo” su compromiso de mejorar la situación de los derechos humanos y el nivel de vida de las personas.