El expresidente boliviano Evo Morales (Foto: Reuters)

El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, describió los hechos como lamentables mientras su canciller, Marcelo Ebrard, denunció que la renuncia de Morales, violentó el orden constitucional. Además, ofreció asilo al ex jefe de Estado boliviano.

En Francia, el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, acusó a la oposición boliviana de “usar el falaz pretexto de fraude electoral” para incitar a actividades violentas. La Cancillería de Rusia expresó su preocupación por la situación en Bolivia y advirtió que la crisis muestra todas las evidencias de un golpe de Estado orquestado.

Las autoridades brasileñas anunciaron el cierre de la frontera con el país vecino hasta que tenga un nuevo presidente. Agregaron que el quiebre institucional en Bolivia será uno de los temas de la Cumbre del Grupo de los países emergentes más importante del mundo (BRICS), que tendrá lugar el día 13 en Brasilia.

Por su parte, la Unión Europea llamó a las partes involucradas a actuar con moderación y expreso la disposición de enviar observadores a posibles nuevas elecciones en Bolivia. Anteriormente, muchos países, entre ellos, China, Venezuela, Cuba y Uruguay expresaron su apoyo a Morales y condenaron lo sucedido en Bolivia.

En otro hecho relacionado, Morales anunció que viajaría a México tras aceptar una propuesta de asilo político del Gobierno del presidente López Obrador. Tras admitir en su cuenta de Twitter que le duele abandonar el país por razones políticas, afirmó que “pronto volverá con más fuerza y energía”.