La familia de Hoang XuanTuyen, un vietnamita residente en Guangxi

En una espaciosa sala del Consulado de la nación indochina en Nanning, Bui Thi Hien charla con otras 3 mujeres. Muchos de sus compatriotas colman la habitación para celebrar juntos el Tet.

A Hien la acompaña su hija, quien domina muy bien el chino, pero no la lengua materna porque su madre lleva unos 30 años viviendo en Guangxi. Cada tres años regresa a su tierra natal para visitar a sus seres queridos. En ella y sus connacionales alienta una nostalgia que no puede expresarse en palabras. “Echo de menos a mis hermanos en Vietnam. La distancia dificulta nuestra cercanía. No tengo muchas condiciones para visitarlos con frecuencia. No puedo expresar mi emoción al pensar en mis seres queridos. Aquí tenemos una vida bastante buena y mi esposo me trata muy bien, pero no puedo olvidarlos. Cada día la morriña aumenta en mí.”

Por su parte, Do Thi Be, de 56 años, y Nguyen Thi Ha, de 52, recorrieron cerca de 200 kilómetros desde la ciudad de Dongxing hasta el consulado vietnamita. Esta es la primera vez que comparte el Tet con sus compatriotas en China. Las canciones en recuerdo de la Patria y charlas en la lengua materna les conmueven. Be contó: “No hemos vuelto a la tierra natal desde hace un largo tiempo. La imagen de la Patria siempre está en nuestro corazón. Según la costumbre china, tenemos que recibir el Tet con la familia del esposo. Sólo podemos mirar hacia Vietnam con nostalgia.”

La reportera de la VOV5 Thu Hoa entrevistando a Do Thi Be (d.), quien participa en el encuentro celebrado por el Consulado vietnamita en Nanning en ocasión del Tet 2018

Para las generaciones que viven lejos del país durante años como Hien, Be y Ha, los recuerdos cobran forma de lágrimas. Pero jóvenes como Hoang Xuan Tuyen convierten la nostalgia en acciones. El empresario dio a conocer: “Mi familia celebra los festejos según las costumbres vietnamitas. En los días 1 y 15 de cada mes lunar, depositamos inciensos en el altar en memoria a los antepasados. En el Tet, hacemos comidas al sabor vietnamita.”

Bui Thuy Van, una nuera vietnamita de 28 años de edad, llevó más de 10 años en China. Disfruta del Tet según el ritmo de la vida moderna. “Regresamos a Vietnam en el Tet para disfrutar de las vacaciones en el ambiente familiar con nuestros seres queridos. Queremos que mis hijos perciban la fiesta tradicional y aprendan los rasgos culturales populares en esta ocasión. A las generaciones posteriores como nosotros nos gusta viajar en los días festivos.”

La nostalgia anida en el corazón de los vietnamitas residentes en Guangxi con quienes tuvimos oportunidad de hablar. Una emoción que puede encontrar salida mediante la alegría o la tristeza, pero que no puede represarse cuando llega el Tet.