(VOVWORLD) - Cada otoño, en la atmósfera vibrante de la Revolución de Agosto de 1945, el pueblo de Viet Bac revive con orgullo la herencia de su gloriosa tradición. Desde las montañas y selvas de esta tierra legendaria, con fe inquebrantable, voluntad indomable y espíritu de unidad, los vietnamitas marcharon hacia la victoria histórica de la nación. El otoño de Agosto no es solo un recuerdo heroico: es también la fuerza que impulsa a las generaciones actuales a seguir construyendo una Viet Bac cada vez más próspera y avanzada.
Hace exactamente 80 años, Viet Bac que hoy abarca las provincias de Cao Bang, Lang Son, Tuyen Quang y Thai Nguyen fue la chispa que encendió la insurrección general por el poder. En la memoria de los habitantes de la región, el ambiente de aquel otoño histórico sigue resonando con la misma intensidad ocho décadas después.
El templo Tan Trao, donde tuvo lugar la Asamblea Nacional el 16 de agosto de 1945, en la que se aprobó la línea de la Insurrección General. (Foto: Cong Luan/VOV) |
“Aquella tarde nos reunimos bajo este árbol de higuera y, tras cantar ‘Tien quan ca’ (Marcha al frente), el general Vo Nguyen Giap leyó la Orden Militar Nº 1. Después, en el mismo lugar, pronunció un juramento y todos lo coreamos al unísono, haciendo temblar la selva. Luego disparó tres tiros como señal, e inmediatamente el ejército avanzó hacia la capital provincial de Thai Nguyen”.
“El 21 de agosto, una unidad de la Brigada de Propaganda Armada para la Liberación de Vietnam, en coordinación con el Frente Viet Minh de la provincia de Bac Kan, atacó el cuartel japonés. El día 22, los japoneses se retiraron de Bac Kan. El 23 se organizó un mitin de la victoria y se proclamó el establecimiento del nuevo gobierno en el centro provincial”.
“En aquel momento marchábamos todos gritando ‘¡1-2, 1-2!’. Era una multitud eufórica. Quien tenía armas las portaba, y quien no, empuñaba un bastón. Los japoneses, que solían ser arrogantes, ese día tuvieron que apartarse para dejarnos pasar. Un dirigente se alzó y anunció con firmeza que ya habíamos tomado el poder. Yo me sentí exultante porque ya no éramos esclavos”.
Vo Trong Con, un habitante de Cao Bang. (Foto: Cong Luan/VOV) |
Cada otoño, los mayores de Viet Bac transmiten a hijos y nietos estas memorias heroicas, que mantienen viva la llama de la historia nacional.
Hace ocho décadas, Viet Bac fue la cuna de la revolución y un enclave estratégico tanto político como militar, razón por la cual las fuerzas enemigas lo consideraban un punto clave para sostener su dominación.
Bajo el liderazgo del Frente Viet Minh, entre el 14 y el 25 de agosto de 1945, el pueblo de Tuyen Quang, Thai Nguyen, Cao Bang… se levantó unánimemente en insurrección para tomar el poder. Tras milenios de feudalismo y casi ochenta años de dominación colonial, los vietnamitas se convirtieron, por fin, en dueños de su propio destino.
Vo Trong Con, habitante de Cao Bang, lo recuerda así: “El Día de la Revolución de Agosto fue una gran fiesta, una alegría inmensa. Desde los ancianos hasta los jóvenes, todos nos sentíamos como si estrenáramos un traje nuevo. Desde la victoria revolucionaria, Vietnam ha sido independiente y el pueblo ha vivido en libertad, con absoluta confianza en la dirección del Partido y del Tío Ho. Siempre llevamos grabada en lo más profundo del corazón nuestra gratitud hacia el Tío Ho, extraordinario líder de la nación y fundador del Vietnam independiente”.
Ocho décadas han transcurrido, y la tierra de Viet Bac muestra hoy un nuevo rostro: más próspera, más moderna, con la vida de su población transformándose día tras día.
Cao Bang, cuna de la Revolución vietnamita, luce hoy la una nueva fisonomía. (Foto: Cong Luan/VOV) |
Recordando siempre las palabras del Presidente Ho Chi Minh: “La revolución triunfó gracias a Viet Bac; la resistencia también alcanzará la victoria gracias a Viet Bac”, los habitantes de esta cuna de la resistencia se enorgullecen de ser una “dirección roja”, llamada a educar a las nuevas generaciones en la tradición heroica de lucha de sus antepasados.
Las comunidades étnicas de la antigua zona guerrillera mantienen vivo su espíritu de unidad y se esfuerzan sin descanso por levantar una región cada vez más próspera. Cada agosto, los pobladores evocan con legítimo orgullo haber contribuido decisivamente al triunfo de la Revolución de Agosto, así como a las victorias alcanzadas en las largas guerras de resistencia del pueblo vietnamita.