La preparación de ofrendas para la veneración de la deidad del Trueno. (Foto: VNA)

Al ser un grupo étnico de escasa población, los O Du enfrentan muchas dificultades para su supervivencia y preservación de su acervo cultural. Desde tiempos remotos, se apoyan en los fenómenos de la naturaleza para determinar el tiempo. Prácticamente, los truenos son para ellos todo un calendario. De acuerdo con Mac Thi Tim, del pueblo O Du, residente en la aldea de Vang Mon, de la comuna de Nga My, en el distrito de Tuong Duong de la provincia central de Nghe An, el primer trueno indica el inicio del año nuevo. 

“Mis ancestros vivían en el bosque y en las montañas. Al no tener calendario, ni radio ni otro dispositivo de comunicación, determinaban los años según los truenos. Si escuchamos tronar por la mañana, llevaremos a cabo un festejo para celebrarlo”, dijo Thi Tim.  

Cham Phtrong es una de las celebraciones más antiguas y sagradas de los O Du. En la ocasión, los miembros de esta comunidad étnica minoritaria se congregan, sacrifican animales para rendir tributo a las deidades y rezan por un año nuevo tranquilo y venturoso.

En el día del primer trueno del año, nominan a los nuevos patriarcas, jefes del poblado y hechiceros. También llevan a cabo ceremonias que reconocen el crecimiento de los muchachos. Esperan el sonido del primer trueno para poner el nombre a los recién nacidos y calcular su edad. Incluso, un viudo o una viuda, si desea volver a casarse con otra persona, también debe esperar a los primeros truenos del año. Solo entonces puede ejecutar el ritual para pedir permiso a su difunta pareja, a fin de entrar en una nueva relación conyugal.

Uno hechicero dirige el ritual Cham Phtrong. (Foto: VNA)

En la ceremonia de saludo a los truenos, un hechicero solicita a las deidades y los espíritus de los antepasados que bendigan a toda la aldea para un año de buen tiempo a favor de sus cultivos y caza. Esta es también una ocasión en la que los autóctonos expresan sus deseos por una vida tranquila y próspera, familias numerosas y una comunidad unida.   

Por ser la celebración más importante del año, la etnia O Du pone en marcha con esmero los preparativos para la ceremonia, con abundantes ofrendas obtenidas de sus actividades de caza en el bosque y sus cultivos. Los alimentos elaborados para la ocasión se colocan en bandejas de tejido de ratán cubiertas por hojas de plátano silvestre. Al respecto, Lo Van Cuong, radicado en la aldea de Vang Mon, dio a conocer: “Las familias preparan dos bandejas de ofrendas. Presentan un cerdo o dos pollos junto a la carne de ardilla, un par de pescados asados a la parilla, dos tinajas de aguardiente, pasteles de ‘banh chung’ y ‘com lam’, el arroz cocido en tubos de bambú. Tradicionalmente también hay que ofrendar una o hasta 3 o 4 ratas”.  

Además, cada hogar debe preparar un gallo castrado, cuyas patas, después del sacrificio, se llevan a la casa comunal para que los mejores magos de la aldea hagan vaticinios sobre la base de su forma.

Según la creencia de los O Du, la apariencia de las patas del gallo puede predecir si el nuevo año será favorable o no. Explican que, después de los primeros truenos del año, el primer animal que deja oír su canto es el gallo. Es por esto que dicha especie aviar es considerada como embajador del genio del Trueno, a través del cual transmite a los humanos su mensaje en los primeros días del año.

Después de la solemne ceremonia, viene la parte festiva en la que participan todos los aldeanos, quienes bailan e intercambian al compás de los sonidos animados y alegres de instrumentos musicales como los gongs, batintines, tambores y otros típicos hechos de bambú. Todos los presentes se suman a los bailes y cantos tradicionales, así como a los juegos populares como las peleas de gallos y las caminatas con zancos.

La celebración Cham Phtrong termina después de cinco o siete días, al cumplir todo el procedimiento de veneración al genio del Trueno. Para los O Du, esta tradición los sigue conectando con sus antepasados y los tiempos lejanos.