Texto y fotos: José Llamos Camejo (exclusivo para La Voz de Vietnam)
La sorpresa resultó en extremo agradable. La presencia de Ho Chi Minh en el mismo sitio donde nací, revivió un presentimiento orgulloso de mi niñez. Fue un encuentro casual en el norte de la ciudad primada de Cuba, Baracoa, situada a mil 100 kilómetros de La Habana y a más de 18 mil de Vietnam.
La imagen de Ho Chi Minh en el bloque central de la escuela. Delante, el busto de José Martí
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Andábamos por la acera de una calle aledaña a Porto Santo, por donde el almirante Cristóbal Colón arribó al fascinante paraje, en 1492. De repente, la mirada ambiciosa, empeñada en absorber cada milímetro de la ciudad-paisaje, descubrió que unos ojos pequeños y afables, contemplaban desde la pared de un edificio adyacente; era el Tío Ho, como invitándonos a saciarla curiosidad.
El encuentro
Al entrar supe que la efigie pertenece a la Escuela Secundaria Básica Urbana (ESBU) Ho Chi Minh, enclavada allí; el termómetro marcaba los 30, 6 grados Celsius, y el reloj las 10 y 45 de la mañana; justamente empezaba el receso escolar. Poco a poco la tranquilidad fue cediendo, y en breve la algarabía se generalizó en el interior del recinto.
Raúl Terrero funge como director de la Escuela Secundaria Básica Urbana Ho Chi Minh desde hace dos décadas
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El Master en Ciencias de la Educación, Raúl Terrero Matos, quien desde hace dos décadas dirige éste centro, ofreció detalles sobre el funcionamiento de la institución, fundada en 1974, y por cuyas aulas han pasado más de 14 mil estudiantes “muchos de ellos hoy laboran como profesionales de perfiles diversos, que contribuyen al desarrollo económico y social del país”.
La escuela dispone de 17 locales para la docencia, distribuidos en once aulas de séptimo, octavo y noveno grados, una biblioteca y un taller para la Educación Laboral, además de 4 laboratorios: de biología, física, química e informática, éste último, equipado con tecnología vietnamita, refiere Raúl.
Una de las aulas que funcionan en la ESBU Ho Chi Minh
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“Nuestra mayor divisa está en la calidad del proceso docente- educativo, que combina rigor académico, trabajo político y formación de valores. Otro de nuestros pilares es la enseñanza de la historia, que en nuestro caso, incluye el estudio de la nación vietnamita, así como la vida y la obra de Ho Chi Minh, por ser el mártir que da nombre a la escuela”.
“Por ejemplo, cada viernes dedicamos el matutino al Tío Ho y a su patria; en tanto los instructores de arte convocan todos los años a concursos de pintura y poesías sobre la historia de Vietnam, para estimular el interés de los niños y niñas”.
En nombre del padre, de los hijos y del espíritu vietnamita
A Vietnam, su pueblo y su líder, educandos y educadores les rinden cotidiano tributo, “estudiamos mucho, procuramos ser honestos, valientes y honrados, y serlo de verdad en la conducta y los hechos, es la mejor manera de honrarlos”, comenta Gréter Lorena, una adolescente de octavo grado; Sharai Navarro, su compañera de aula, opina que “por grande que sea nuestro esfuerzo en la vida y en el estudio, siempre será pequeño, comparado con la obra de un hombre como el Tío Ho, fundador del Partido Comunista de Vietnam y padre de la patria anamita”.
Sesión de prácticas en el laboratorio de informática, equipado con tecnología vietnamita
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“De Vietnam y de Ho Chi Minh nos interesa todo”, declara Alaín Paumier, “en meses recientes, por ejemplo, estuvimos atentos al Congreso del Partido Comunista de Vietnam, nos alegró mucho que sigan inspirados en el ejemplo de su gran líder, también supimos que hubo elecciones en el hermano país”.
Amanda Laffita, por su parte, considera que siguiendo el ejemplo de Vietnam y su inspirador, ella es igualmente fiel a Martí, al Ché y a Fidel, pues “en su época, en sus trincheras, ellos han defendido las mismas ideas, y así debemos ser nosotros: buenos y útiles, hombres y mujeres leales y solidarios, como ellos; gracias a esos valores vencimos en Playa Girón y en Angola, de la misma forma que el Tío Ho supo guiar a su pueblo hasta la victoria”.
El coro interpreta el himno de la escuela, un regalo para el Tío Ho
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“Por eso sentimos el orgullo de estudiar en una escuela que lleva el nombre de éste héroe vietnamita y del mundo; fue un gran amigo de Cuba, a él va dedicado éste himno”; Alza la mano, hace un gesto y el coro irrumpe, entonces el nombre de Ho Chi Minh se esparce en una canción:
Estrella brillante del oriente/ padre del heroico Vietnam, tu ejemplo es de acero y titán/que unidos nos hace simientes. Nos preparamos para el futuro/ como antorcha de ejemplo a tu memoria/que cubre de victoria nuestra historia/con lazos de eterna amistad. ¡Oh!, Tío Ho/ en tu jardín frondoso/ entonamos un himno a tu gloria/que en tu cumbre resuena inmortal. ¡Oh!, Tío Ho/ en tu jardín frondoso/ entonamos un himno a tu gloria/que en tu cumbre resuena inmortal.
Me despedí al filo del mediodía, en medio de una luz que parecía más intensa que el sol; aún me persigue el fulgor de aquel recinto escolar, donde 397 estudiantes, 56 profesores y una decena de obreros, orbitan la misma estrella: Ho Chi Minh, el que ilumina*, es otra hermosa leyenda de las muchas que pueblan a Baracoa, la ciudad de mi infancia; otra razón para presumir que nací y crecí entre leyendas.
- Ho Chi Minh significa: El que ilumina