Impactos de la degradación crediticia de varios países de la eurozona

La eurozona vivió un tenebroso viernes cuando la Agencia Standard & Poor’s (S&P) degradó la clasificación de crédito de 9 países del bloque. Esta medida cayó como un cubo de agua fría a los esfuerzos de los políticos europeos por recuperar la confianza de los inversionistas, para rescatar esta zona azotada por la crisis de deuda pública. 

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S&P complica los esfuerzos de los políticos europeos por recuperar la confianza
de los inversores en el euro


S&P quitó un punto de Francia, la segunda economía en importancia de la eurozona, de AAA a AA+. También rebajó la nota de Italia y España en dos escalones, a BBB+ y A+, respectivamente. La degradación se dio además con los créditos a largo plazo de Chipre, Portugal, Austria, Malta, Eslovaquia y Eslovenia. La nota de otros estados se mantuvo, aunque la agencia clasificadora marcó una “perspectiva negativa” a toda la zona euro, excepto Alemania, cuya perspectiva calificó de estable. El ministro francés de Finanzas, Francois Baroin, intentó minimizar la influencia de tal degradación crediticia al decir: “Esto no es una buena noticia, pero tampoco un desastre”. Sin embargo, la medida ejerció un fuerte impacto en la psicología de los inversionistas, especialmente en el contexto en que las economías de la eurozona, sobre todo Alemania y Francia, redoblan sus esfuerzos para recuperar la confianza de los inversores en la moneda común.

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Índices bursátiles principales del mundo experimentan fuerte caída por
la degradación de la calififación crediticia de países europeos


Inmediatamente después del recorte dictaminado por S&P, la bolsa experimentó una fuerte caída. En EEUU, el 13 de enero, el índice bursátil Dow Jones bajó el 1,1%, S&P 500, se redujo en un 1,22%, y Nasdaq, un 1,06%. En Europa, el indicador Euro Stoxx descendió un 1,26% y el FTSE 100 de Reino Unido un 1,2%, mientras el CAC 40 de Francia disminuyó en un 1,12% y el DAX de Alemania, un 1,5%.  
La degradación de la clasificación crediticia de Francia, segunda economía de la eurozona, es una muestra clara de la escalada en la crisis regional de deuda pública, la cual ha sido un lastre para la Unión Europea durante más de dos años. Con esta  rebaja, Francia debería pagar sus préstamos con mayor tasa de interés, justo cuando París quería emitir bonos por 178 mil millones de euros este año. Las actividades financieras del Gobierno galo costarían más, lo que pondrá en riesgo la clasificación del Fondo Europea de Estabilidad Financiera y complicará la ejecución de sus tareas. Las naciones y empresas europeas enfrentarían una situación especialmente difícil sin las fuentes financieras y paquetes de rescate del gobierno. Mientras tanto, los bancos de la eurozona necesitan urgentemente unos 280 mil millones de euros, al acercarse el vencimiento del plazo para el pago de las deudas del primer trimestre de 2012. En cuanto a Grecia, país más atacado por el endeudamiento público, si no recibe el nuevo paquete de rescate de 130 mil millones de euros de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional para liquidar el vencimiento de una gran cantidad de bonos, deberá declarar su insolvencia en marzo próximo. Por otra parte, la degradación de la clasificación de crédito de Francia rompió su equidad, de por sí frágil, con Alemania. La canciller alemana, Angela Merkel, y la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, decidirán la política financiera en Europa, en sustitución del dúo “Merkozy”, como hasta ahora. Tras degradar S&P a 9 países de la eurozona, incluyendo Francia, Merkel se comprometió a impulsar la reforma de la eurozona y destacó que “la forja de una política financiera europea es un reto que enfrentan los líderes de la eurozona”. “Debemos realizarla resueltamente no solo para calmar la situación”, agregó, y se comprometió a prestar especial atención a poner en marcha lo antes posible el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, muy importante para reconquistar la confianza de los inversionistas.

En el contexto en que casi todas las economía de la Unión Europea registran un crecimiento nulo, muchos países, miembros o no de la eurozona, enfrentan la presión de aplicar mayores recortes de gastos para cumplir sus compromisos con los acreedores. Hasta ahora, quienes planifican las políticas de la Unión Europea no encuentran una voz común relacionada con las directrices económicas para hacer frente a la crisis de la deuda. El hecho de que la agencia clasificadora S&P rebajara la nota de una serie de países europeos no es sorprendente, pero desprestigiará aún más dichas economías. Se temen un agravamiento de la crisis de deuda pública en Europa, que aún no ha visto una salida, si en la reunión prevista para fines de mes, los dirigentes del bloque no logran un acuerdo al respecto./.

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