La dirección estratégica de la OTAN después que Hungría ratifique la membresía de Suecia

(VOVWORLD) - El Parlamento húngaro aprobó oficialmente el 26 de febrero la solicitud de Suecia para unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), eliminando la última barrera que obstaculizaba el ingreso del país nórdico. Según los expertos, con la adhesión de Suecia esa coalición militar completa la última pieza del rompecabezas y puede perseguir objetivos más ambiciosos.

Con 188 votos a favor y 6 en contra, la Asamblea Nacional húngara apoyó este lunes la adhesión de Suecia a la OTAN, poniendo fin a un debate iniciado en mayo de 2022 y convirtiéndose en el último país miembro de dicha coalición militar en aprobar la solicitud de ingreso de Estocolmo.

La última pieza del rompecabezas de la OTAN

Con el respaldo de los 31 países pertenecientes a la OTAN, Suecia ya no enfrenta ningún obstáculo para convertirse en el miembro número 32 de la alianza militar más grande del mundo. Los trámites de participación ya se iniciaron y es probable que el país nórdico sea admitido oficialmente en la coalición en la Cumbre de la OTAN que se celebrará en julio en Washington, Estados Unidos.

Para Suecia esto puede considerarse un acontecimiento histórico, porque decidió abandonar oficialmente la política de neutralidad y no alineación militar mantenida durante dos siglos. Según su primer ministro Ulf Kristersson esta es una selección natural para su país, dadas las actuales fluctuaciones geopolíticas en Europa.

“Suecia dejó atrás 200 años de neutralidad y no alineamiento militar. Este es un gran paso que debe tomarse en serio, pero también es un paso muy natural. Convertirse en miembro de la OTAN significa que Suecia se une a un gran grupo de democracias que cooperan por la paz y la libertad, una cooperación muy exitosa”, enfatizó Kristersson.

El abandono por parte de Estocolmo de su tradicional política exterior y de seguridad de larga data para unirse a la OTAN recibió el apoyo de la mayoría de la población y de los investigadores del país.

Las encuestas de opinión pública en Suecia muestran que después del estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, en febrero de 2022, alrededor de dos tercios de los suecos respaldan la adhesión a dicha coalición militar; una cifra mucho más alta que el apoyo del 20 al 30 % registrado en el período comprendido entre 2014 y antes de febrero de 2022.

Según el analista senior Robert Dalsjo, de la Agencia Sueca de Investigación de Defensa, la adhesión nacional a la OTAN es el último paso del país para abandonar gradualmente su antigua política exterior y avanzar hacia una integración más fuerte en un mundo cada vez más volátil. Primero abandonó su estatus de país neutral después de la Guerra Fría, luego se unió a la Unión Europea (UE) en 1995 y ahora se prepara para unirse a la OTAN.

Robert Dalsjo afirmó que la admisión en la alianza mejorará significativamente la fuerza de ese bloque militar porque Suecia tiene buenas capacidades de defensa, tanto en la fuerza aérea como en la marina y en las habilidades de combate polar. Por tanto, esta puede considerarse la última gran pieza del rompecabezas de la OTAN en todo el espacio de seguridad euroatlántico, extendiéndose desde el norte hasta el sur de Europa y acercándose a grandes áreas geográficas que aún no han sido descubiertas en el Ártico.

“La OTAN tiene un miembro serio y capaz y por lo tanto elimina un elemento de incertidumbre en el norte de Europa. Esta es la última pieza del rompecabezas que crea la posición de la coalición en toda la región del Ártico y el Báltico. Por su parte, Suecia tiene garantizada la seguridad colectiva y cuenta con el apoyo de la disuasión nuclear de Estados Unidos”, afirmó Dalsjo.

¿Una OTAN más ambiciosa?

Para la OTAN, los preparativos para admitir a Suecia son una buena noticia. Sus líderes y países miembros, entre ellos el secretario general de la coalición, Jens Stoltenberg, y el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, consideraron este hecho como una victoria para el bloque militar y una "derrota estratégica" para Rusia, país que persiste en rechazar las intenciones de expansión de la OTAN en Europa.

Los observadores creen que la admisión consecutiva de dos nuevos miembros con alto potencial económico y militar, Finlandia (en abril pasado) y Suecia, aporta mayor confianza a la OTAN y puede hacer que algunos líderes del bloque tomen medidas más audaces, en primer lugar, en la confrontación geopolítica y de seguridad con Rusia. Uno de esos pasos podría ser acelerar el proceso de admisión de Ucrania en la coalición, una idea que todavía asusta a muchos miembros del bloque.

En la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), que tuvo lugar del 16 al 18 de febrero en la ciudad homónima de Alemania, el presidente electo de Finlandia, Alexander Stubb, afirmó que la adhesión de Kiev a la OTAN es sólo una cuestión de tiempo. Del mismo modo, el secretario general de dicha coalición militar, Jens Stoltenberg, y los líderes de varios países, entre ellos Polonia y algunos territorios bálticos, han planteado en repetidas ocasiones este punto de vista.

En particular, en la conferencia que reunió a 20 líderes europeos en París (Francia) el 26 de febrero para discutir el apoyo a Kiev, el presidente francés, Emmanuel Macron, reafirmó que la OTAN no descarta la posibilidad de enviar tropas de servicio junto a Ucrania.

“Todo se discutió directa y libremente. Todavía no hay consenso sobre el envío oficial de tropas a Ucrania, con responsabilidades claras. Sin embargo, con el impulso actual no se puede descartar nada”, aseveró Macron.

Según los expertos, a pesar de cierta inestabilidad interna expuesta durante el proceso de aprobación de la solicitud de adhesión de Estocolmo, especialmente los cálculos de los intereses propios de Turquía y Hungría, con la próxima admisión de Suecia junto a la de Finlandia la OTAN completará la expansión más significativa desde la Guerra Fría. Aún más cuando la región nórdica y el círculo polar ártico han sido considerados durante años un eslabón débil en la estrategia de defensa de esta alianza militar. Este punto de inflexión podría promover las nuevas ambiciones de la OTAN, haciendo más impredecible la situación de seguridad en Europa y el mundo.

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