Los efectos globales de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

(VOVWORLD) - Estados Unidos y China iniciaron la semana pasada una guerra comercial que tiende a prologarse puesto que ambas potencias están determinadas a ganar. Este conflicto provocaría consecuencias peligrosas en perjuicio no sólo de estas propias economías sino también del comercio global. 

La mayor guerra comercial de la historia económica del mundo estalló el 6 de julio con la imposición arancelaria del 25% por parte de Estados Unidos contra productos chinos valorados en 34 mil millones de dólares. Inmediatamente el gigante asiático adoptó medidas de represalia. Las mercancías sujetas a cargas tributarias son las principales de ambas economías, las mayores del planeta.

Además, en las próximas dos semanas Washington gravará adicionalmente bienes procedentes de China por valor de 16 mil millones de dólares. El presidente estadounidense, Donald Trump amenazó incluso elevar la tasa en 10% a otros productos de Beijing por un monto de 300 mil millones de dólares, lo que haría un total de 550 mil millones. China consideró tales acciones como una “intimidación comercial” y anunció que las denunciaría ante la Organización Mundial del Comercio. También las calificó como una “decisión precipitada” que erosiona los intereses de otras naciones y de sus propias economías.

Las decisiones de Trump no fueron una sorpresa puesto que en repetidas ocasiones desde la asunción del cargo planteó la necesidad de aumentar los aranceles para proteger la propiedad intelectual y tecnológica del país y reducir el déficit comercial con China.

Sin embargo, el quid de la cuestión no reside en esos argumentos. Según analistas, la represalia mutua refleja una competencia cada vez más reñida entre las dos potencias, especialmente en los ámbitos de economía, defensa e influencia mundial. Esta tensión tiende a aumentar sin importar el resultado de los actuales conflictos fiscales.

Un juego sin ganadores ni perdedores

Expertos evaluaron que en dicha guerra, en realidad, donde las dan las toman y sus efectos negativos se extenderían a todo el planeta.

Los recíprocos enfrentamientos fiscales harán que el ritmo de crecimiento de las dos economías retroceda del 0,1 al 0,2%. Aunque parecen cifras menores, las pérdidas son relevantes debido a su enorme escala económica. En idéntico sentido, el impacto a los riesgos de negocio, la confianza del sector privado y la interrupción de la cadena de suministro global agravarían los vaivenes económicos. Visto el asunto a nivel de empresas, las de China que exportan productos a Estados Unidos se verán afectadas, mientras las norteamericanas que invierten en el mercado del gigante asiático sufrirán también pérdidas.

En el caso de China, la guerra comercial perjudicará el crecimiento a corto plazo y al mismo tiempo la estabilidad socioeconómica. Entretanto, no se puede asegurar si la postura inflexible de Donald Trump contra Beijing recibiría el apoyo de los estadounidenses en vísperas de las inminentes elecciones parlamentarias, a celebrase en noviembre próximo. Cabe la posibilidad de que su administración sea criticada por la oposición y enfrente protestas de las asociaciones profesionales que sufren daños a causa de los conflictos comerciales.

Sin embargo, las partes más perjudicadas podrían no serlo Estados Unidos y China, sino las más vinculadas a la cadena de valor global. Tras los últimos acontecimientos, analistas estimaron que estos son los primeros pasos de una guerra comercial que por involucrar a las dos mayores economías del mundo acarrearán consecuencias que también alcanzarán a todo el planeta. 
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