Autor: Angel Miguel Bastidas (Venezuela)
El ex veterano de guerra estadounidense Roi Micheal Bohem, quien se hace un amigo de Vietnam, toca la obra “Ashokan Farewell” en memoria a las víctimas de la masacre en My Lai.
El exmarine estadounidense Roi Micheal Bohem hizo llorar de nuevo su violín en la aldea My Lai, provincia de Quang Ngai, al sur de Vietnam. Así lo ha venido haciendo durante los últimos 14 años, todos los 16 de marzo. Es su homenaje personal a las víctimas de la masacre ejecutada por un pelotón de militares norteamericanos, que asesinó en su mayoría niñas y niños, ancianos y ancianas, y algunos jóvenes.
Otro veterano de guerra, Billy Kelly llevó al monumento de los caídos en My Lai, 504 rosas rojas, una para cada una de las víctimas, apenado por lo que habían hecho sus compatriotas hace 44 años, en la llamada Masacre de My Lai.
El capitán Ernest Medina no sabe tocar violín, sólo sabe accionar armas de grueso calibre…no sabe colocar rosas, sólo sabe colocar minas antipersonales. Dijo ante el tribunal que lo juzgó por 22 muertes directas, que sólo cumplió órdenes como comandante de la Compañía “C”, 20ª División de Infantería. Estuvo en prisión 3 años y medio: menos de dos meses por cada víctima.
La masacre de My Lai de hace 44 años conmovió al mundo entero
My Lai queda en todas partes, porque en todas partes están los marines estadounidenses “luchando por la democracia”. Hace pocos días, My Lai estuvo en Afganistán, donde una docena de uniformados del imperio masacraron un barrio en Kandahar, Afganistán.
Cada My Lai tiene su Ernest Medina, los de Kandahar no serán la excepción, no irán a la cárcel porque sólo “estaban cumpliendo órdenes”, como dijera el capitán de la Compañía “C”.
My Lai no ha terminado.