Por Ángel Bastidas (Venezuela)
Tal vez los asesores espirituosos habrían recomendado al presidente de Estados Unidos (1968), Lyndon Johnson, aceptar el reto de la Ofensiva del Tet, lanzada por el Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, al mando del general Vo Nguyen Giap (1911/2013).
Lyndon Johnson, presidente de Estados Unidos (periodo 1963-1969)
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Como Johnson había nacido en 1908 tal vez se creyó favorecido por el Mono (tierra), precisamente el símbolo en el zodíaco lunar del año 1968, esta vez, entre cohetes que de artificiales no tenían nada, como los proyectiles rusos del FLN.
Después de los 24 días de combate, el jefe supremo del ejército yanqui William Westmoreland, lanzó el grito de victoria por haber eliminado la mitad del ejército enemigo, mientras en las metrópolis, sobre todo de Europa y América, miles de manifestantes condenaban la invasión norteamericana y celebraban la resistencia del pueblo indochino, ondeando la bandera azul y roja de estrella amarilla.
Este año del Mono rojo o de fuego (2016) se cumplirán 48 años de aquellos acontecimientos que le dijeron al mundo que en el Sureste Asiático existía un ejército del pueblo que luchaba por la independencia y la paz de un pequeño país llamado Vietnam.
Al igual que el 2016, el año 1968 tiene al mono como símbolo en el zodíaco lunar
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El Mono de tierra
El 31 de enero de 1968, cuando todo Vietnam (el norte y el sur) se alistaba para celebrar la fiesta del Tet, y el advenimiento del Año del mono de Tierra, a la medianoche, las fuerzas del Frente de Liberación Nacional (FLN) iniciaron una de las mayores operaciones registradas en la historia militar.
La Ofensiva del Tet fue ejecutada por un contingente de ochenta mil efectivos, dirigido por el general Vo Nguyen Giap, que simultáneamente atacó aproximadamente cien puntos militarmente claves, en 36 de las 44 capitales provinciales del otrora Vietnam del Sur.
Soldados vietnamitas en la ofensiva general de 1968 contra las tropas estadounidenses y el ejército saigonés
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Las imágenes del primer ataque a la fortaleza de Khe Sanh, cerca del paralelo 17, recorrieron el mundo ante la sorpresa del general Westmoreland, para entonces jefe supremo de las tropas estadounidenses en el sur del país indochino. Miles de soldados vietnamitas al servicio de los invasores fueron sorprendidos fuera de servicio debido a las festividades religiosas.
Mapa de los ataques y ofensivas de las fuerzas revolucionarias vietnamitas
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Algunos analistas afines a la causa neocolonialista se atrevieron a señalar que la Ofensiva del Tet había sido un rotundo fracaso para el Soldado Mayor de Vietnam, Vo Nguyen Giap. Son los mismos "estudiosos" que hoy hablan del triunfo estadounidense en Afganistán, Irak, Libia o Siria, partiendo del frío lenguaje estadístico, pero ¿Se puede hablar de victoria mientras se pierde credibilidad y apoyo en el mundo?
Ciertamente, en Irak, han asesinado a más de un millón de personas, mientras los invasores han sufrido unas 4 mil bajas. Partiendo de estos dígitos se consideran abanderados de la victoria, mientras en las mismas calles de las principales ciudades de EEUU aun son frecuentes manifestaciones contra las masacres en el Medio Oriente. Nunca Estados Unidos había estado tan aislado políticamente, a causa de su carrera planetaria guerrerista.
Pero en Vietnam...
El general Westmoreland debió admitir la impotencia de sus unidades de inteligencia para descifrar los movimientos de Giap, mientras el presidente Johnson exclamaba con amargura frente a los periodistas: “los comunistas han dado un paseo por nuestra embajada”.
El presidente estadounidense destituyó al comandante general en Vietnam del Sur William Westmoreland y decidió retirarse de la carrera por la reelección.
Un aeródromo de Estados Unidos en Can Tho destruido por los combatientes del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur
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Quedaba claro que el Mono de tierra le había hecho una mala jugada a Lyndon Johnson, nacido precisamente en un año del inteligente y hábil primate (y de tierra). Algo había fallado en los asesores espirituosos de Johnson. La cosmogonía indochina no es cosa fácil de digerir.
El General Tran Do, integrante del Comando de Giap, admitió después de los 24 días de combates, que no se habían producido los resultados militares que el FLN esperaba en lo interno, pero subrayó que no se esperaban las repercusiones internacionales de la ofensiva del 68 a favor de la causa revolucionaria.
Desde ese momento, los comandantes estadounidenses comenzaron a evadir la palabra victoria, mientras la manifestaciones se recrudecían en Alemania e Italia, antes de la explosión del Mayo Francés, donde la consigna “Ho..Ho...Ho... Chi Minh” inició su recorrido por el mundo.
La foto del Jefe de la policía del Vietnam del Sur, General Ngoc Loan activando un revolver sobre la cabeza de un supuesto Viet Cong en una calle de Saigón, era enarbolada a manera de denuncia en las gigantescas protestas, y dos meses después de la Ofensiva del Tet, el 16 de marzo se producía la Masacre de My Lai, donde las tropas invasoras asesinaron 500 campesinos (ancianos, mujeres y niños), por órdenes del capitán Ernest Medina.
La aviación yanqui había destruido tres mil instituciones educativas, 350 hospitales, mil 500 salas de maternidad, 5 millones de terrenos residenciales devastados, así como 491 iglesias y seminarios, 350 templos y pagodas pulverizadas.
El movimiento anti guerra en favor del pueblo vietnamita atrajo a todas las capas populares de Estados Unidos, incluidos los artistas
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A 48 años de esos acontecimientos, el Gobierno guerrerista de Estados Unidos insiste en irrespetar la milenaria historia de muchas naciones, ignorando que el potencial espiritual de estas civilizaciones es muy superior a las armas más modernas Made in USA, como los B-52 que cayeron cual insectos desde el cielo hanoyense (1972), abatidos por milicianos respetuosos de las fuerzas sobrenaturales del “Padre Dragón y la Madre Hada”, creadores de los primeros cien vietnamitas, según las cosmogonía de este Lejano Sur.