Cortar recursos financieros, una batalla importante en la estrategia común contra el terrorismo

(VOVworld) – La lucha contra el autodenominado Estado Islámico y los grupos terroristas y extremistas está entrando en una etapa muy intensa, con la participación de muchos países del mundo. A parte de las operaciones aéreas y los ataques directos, el cortar los recursos financieros del Estados Islámico es un paso sumamente importante en la estrategia común contra el terrorismo.

El tráfico de armas y drogas, la trata de personas, los secuestros, la venta del petróleo extraído de las zonas ocupadas y el robo de dinero de cuentas bancarias, son crímenes que ha realizando el Estado Islámico y que aportan a los yihadistas abundantes recursos. Se estima que el presupuesto del Estado Islámico en el 2015 alcanza unos dos mil millones de dólares. Esta fuente le permite controlar vastos territorios, enfrentarse a las potencias y así convertirse en un verdadero peligro para toda la humanidad.

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Rusia ha centrado últimamente sus ataques en camiones cisternas empleados por los terroristas del Estado Islámico para transportar combustible y petróleo robado (Fuente: Ministerio de Defensa de Rusia)

Fuerzas de potencial económico y barbarie

Los atentados sangrientos con explosivos, ataques suicidas, secuestros y los escalofriantes actos de ejecución realizados por el Estado Islámico en los últimos meses demuestra el horrible impacto de este grupo yihadista en la seguridad global como ninguna otra organización extremista. Este grupo también es conocido por su poderío económico. Al apoderarse de 8 puntos de explotación de petróleo en Siria e Iraq, y vender el crudo de 30 a 40 dólares por barril, el autodenominado califato gana de uno a dos millones de dólares. Otra fuente de dinero del Estado Islámico viene del comercio de objetos antiguos saqueados y de los impuestos que les paga la población en los territorios ocupados. El rescate de los secuestros y la financiación de particulares y organizaciones también aumentan considerablemente su presupuesto. De esta fuente, mucho dinero ha sido destinado al reclutamiento de más guerreros y para incorporar a musulmanes extremistas de Occidente en sus filas. Por lo tanto, a pesar de ser un califato autoproclamado, estas fuerzas se han convertido en una gran amenaza para la humanidad. Los atentados coordinados cometidos en París el pasado 13 de noviembre dejaron claro la destreza militar de los terroristas a la hora de planear y realizar algún crimen. Obviamente estas acciones no se hubiesen llevado a cabo sin recursos financieros.

En realidad, la comunidad internacional ya se dio cuenta desde hace mucho tiempo de la importancia del corte de las fuentes financieras de las fuerzas terroristas. Precisamente en los últimos 14 años desde el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos se han tomado numerosas medidas, entre ellas las enérgicas resoluciones relacionadas del Consejo de Seguridad de la ONU, compartiendo información financiera y de seguridad bancaria. Sin embargo estos esfuerzos no dieron fruto alguno por la falta de un mecanismo de trabajo conjunto.

Estrategia global para cortar la fuente financiera de los terroristas

Conscientes del peligro de este dinero sucio, los líderes mundiales buscan reforzar la cooperación para cortar la asistencia a los terroristas intensificando, aumentando el intercambio de información de inteligencia y congelando cuentas bancarias relacionadas con el terrorismo. Estados Unidos comenzó a ampliar su operación aérea contra las bases de extracción y explotación de petróleo controladas por el Estado Islámico para cortar su principal fuente de ingresos. En el último mes, la coalición liderada por Estados Unidos ha destruido 3 refinerías de Siria tomadas por el califato. Mientras tanto, la Unión Europea planeó realizar una campaña contra las formas de liquidación anónima y el dinero virtual. Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin firmó recientemente una directriz sobre la fundación de una comisión encargada de cortar la financiación a los grupos terroristas. En la Cumbre del grupo de los países desarrollados y emergentes (G20) que recientemente se efectuó en Turquía, sus líderes acordaron establecer un mecanismo de cooperación global para intercambiar información de inteligencia, vigilar las entradas fronterizas y reforzar la seguridad aérea con el fin de frenar la expansión del terrorismo. Dirigentes de los países más importantes del mundo se comprometieron a aumentar la colaboración en la lucha contra el extremismo, impidiendo el reclutamiento de combatientes y el uso por parte de los terroristas de la tecnología, incluida la red internacional que hasta ahora les sirve de herramienta para incitar los actos terroristas. Al mismo tiempo las instituciones financieras internacionales han tomado las medidas concretas y categóricas para gestionar el dinero y su circulación a través de los bancos, las organizaciones sociales y humanitarias.

Según analistas, la batalla para cortar los ingresos del Estado Islámico no es menos intensa y cruenta que los bombardeos y ataques directos contra estas fuerzas, la cual exige gran paciencia y muchos esfuerzos con una colaboración duradera por parte de toda la comunidad internacional contra el terrorismo.    

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