Para cada vietnamita, el Tet (Fiesta del Año Nuevo lunar) siempre evoca algo muy sagrado. Para quienes viven lejos de la Patria, al pasar el año viejo y llegar el nuevo, la nostalgia por la tierra natal se multiplica mucho más. Sin embargo, donde quiera que estén, cuando llegan estos días todos se dirigen al país natal con muchos recuerdos y reflexiones, deseando que progrese cada día más.

Festejar el Tet tradicional es un rasgo cultural particular de los vietnamitas. Hay mucho que hablar de esta festividad, pero los compatriotas en ultramar recuerdan del Tet por el cálido ambiente de la unión familiar, los colores vistosos de los mercados de flores, las labores para reorganizar y ordenar la casa y la preparación de la bandeja de ofrendas a los ancestros, así como la elaboración de los platos típicos. Cada vez que llega el Tet, miles de emigrantes vietnamitas regresan al país para disfrutar del ambiente festivo en unión de su familia. Para quienes no pueden festejar el Tet en la tierra natal, vísperas de la Fiesta, esas imágenes sencillas pero entrañables profundizan más su morriña. Dinh Ngoc Thai, que cursa estudios en EEUU, compartió: “Al estar lejos de la patria, todos comparten la misma nostalgia por la tierra de origen, la familia, los parientes y los amigos de la infancia. Sin embargo, lo que más extraño del Tet vietnamita es la Nochevieja, cuando todo el mundo se apresura para saludar el Año nuevo lunar junto a los suyos. Recuerdo la canción “Nostalgia de Hanoi”, del compositor Hoang Hiep, que dice: “Qué añoranza, me atacan los recuerdos de esa tarde de la víspera del Tet, cuando las calles estaban repletas de gentes, entre flores de todo tipo, o el instante de escuchar el poema del Tío Ho dedicado al pueblo en la nueva primavera…”

Comunidad vietnamita en Leipzig, Alemania organiza programa artístico en saludo al Tet tradicional de la Patria

Actualmente los emigrantes vietnamitas pueden preparar los manjares tradicionales para el banquete del Año Nuevo lunar en el extranjero, pero nada compensa el ambiente festivo del Tet en la tierra natal. La señora Nguyen Thi Thai se reúne con su familia en Alemania desde hace 10 años, y mantiene la costumbre de preparar las cosas según la tradición nacional, como comprar un ramo de melocotón para adornar la casa, elaborar la bandeja de ofrendas con 5 frutas conocidas de la tierra natal y disfrutar junto a los suyos de los platos típicos como el pastel banh chung de arroz glutinoso, el guisado de cerdo y la cebolla encurtida. La señora Thai expresó: “Extrañamos siempre el ambiente acogedor y alegre del Tet en la tierra natal. La vida en el extranjero puede ser más civilizada y confortable, pero nunca completa para quienes viven lejos de la Patria. En el momento de tránsito entre el año viejo y el nuevo, el escuchar el mensaje de felicitación del presidente del país siempre me da mucha emoción. Siento como si hubiera un lazo sentimental que me vincula con la tierra materna.”

Estudiantes vietnamitas en EEUU celebran el Tet

Para Chau Soryari, una muchacha de la minoría étnica Jemer en An Giang, este es su primer Tet lejos de la familia. Chau cursa una maestría en educación en Hawái, EEUU. La primavera representa para ella la aroma del arroz maduro, la montaña cercana a su casa que luce nueva en el frío, o la cocina familiar con la gran olla de banh chung en el fuego. “Por primera vez saludo una nueva primavera en el extranjero. Sé que el tiempo pasará rápido, pero extraño todo lo que se vincula con mi tierra de origen y el país natal. Lo que más recuerdo son las transformaciones constantes de la provincia An Giang, mi cuna, en los ultimos años. Regresaré al país para contribuir con mis esfuerzos a su desarrollo después de egresar.”

En este sagrado momento, ademas de la añoranza, los emigrantes vietnamitas en todas las partes del mundo abrigan muchas aspiraciones y formulan votos para el progreso económico, cultural y social del país, y para elevar la posición nacional en la palestra internacional. Los aportes de los vietnamitas en ultramar constituyen una fuerza importante para alcanzar esa meta. El señor Nguyen Duc Khuong, profesor del Instituto de Comercio de París, y presidente de la Asociación de científicos y expertos vietnamitas en Francia, estimó: “Vivir y trabajar bien por el orgullo nacional es clave para Vietnam en su camino para convertirse en potencia. Tener sueños y forjarse constantemente para hacerlos realidad, así como aportar opiniones y actuar activamente por el desarrollo de la nación son trabajos indispensables.”

Solo al encontrarse lejos de la familia y la tierra natal, uno experimenta nostalgia, y quien saluda el Tet en el extranjero no puede evitarla. Al llegar otra primavera, vuelven a arder en cada emigrante vietnamita la nostalgia y el amor al país natal./.