Negociación de la cuestión nuclear de Irán – poca posibilidad de retroceso

(VOVworld) – Hoy es el 31 de marzo de 2015, fecha tope para alcanzar un acuerdo marco entre Occidente e Irán sobre la cuestión nuclear de Teherán. La negociación entre la nación persa y el Grupo P5+1 compuesto por 5 países permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania entra ya en una etapa con numerosos retos. Sin embargo, se vislumbran progresos ya que al valorar diferentes aspectos, un acuerdo marco beneficiará a las partes involucradas en el actual momento.

Si logran éxito en la ronda de negociación en Suiza, las partes implicadas firmarán un acuerdo marco que allana el camino para los próximos 90 días de diálogo para conseguir un pacto completo que ponga fin a la crisis nuclear iraní de los últimos 12 años.

Esfuerzos para desenmarañar el estancamiento

Desde que firmaran el acuerdo marco en Ginebra en noviembre de 2013, las partes implicadas han cumplido medio camino y para llegar al final, se requiere la solución de las diferencias en torno al nivel permitido de enriquecimiento de uranio y la cuestión de la existencia de almacenes nucleares de Teherán que deben ser trasladados al extranjero. Además, se necesita un proceso para levantar paulatinamente las sanciones económicas impuestas a Irán.

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La ronda de negociación sobre la cuestión nuclear de Teherán efectuada
el 29 de marzo de 2015 (Foto: Reuters)


En vísperas de la fecha tope para lograr un acuerdo político fundamental para solucionar la cuestión nuclear iraní, se acelera la negociación entre esta nación persa y el Grupo P5+1 compuesto por 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China más Alemania. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry canceló el 30 de marzo su plan de participación en una importante reunión en la ciudad de Boston para asistir al diálogo sobre el programar nuclear de Teherán en Suiza. Negociadores occidentales muestran optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Irán mientras que el jefe iraní de la negociación nuclear, Abbas Arachi, ante medios de comunicación describió de “factible” la firma del pacto e informó que quedan dos o tres temas por resolver.

Presión y obstáculos

Sin embargo, quedan algunos problemas que obstaculizan el proceso. En Estados Unidos, el Gobierno de Barack Obama se encuentra en una situación crítica frente a los actos categóricos del Congreso Federal controlado por los republicanos, los que intentan impedir la rúbrica del acuerdo nuclear con Teherán. Congresistas estadounidenses pidieron a la Casa Blanca tomar una acción más enérgica en todos los diálogos con Irán y adelantar otra propuesta relacionada con el programa nuclear de la nación persa. Un grupo de senadores republicanos advirtieron incluso a los dirigentes de Irán de una retirada de los acuerdos alcanzados nada más terminar el mandato del presidente norteamericano, Barack Obama a principios de 2017. Entretanto, las fuerzas conservadoras iraníes mantienen la presión sobre el Gobierno del presidente Hassan Rowhani en las negociaciones con seis potencias del mundo. Además de rechazar el enfoque de Rowhani en los diálogos, el Parlamento de Irán con la mayoría de legisladores conservadores exhortaron a Occidente a derogar inmediatamente las medidas de sanción una vez que las partes concernientes logren un acuerdo.

Poca posibilidad de retroceso

Pese a numerosos obstáculos, analistas estimaron que la posibilidad de lograr un consenso es mucho más alta que antes. Las presiones consolidan la determinación de Estados Unidos e Irán de alcanzar un acuerdo marco antes de la fecha tope. En el actual escenario, la firma de un pacto antes de la hora límite beneficia a todas las partes. Irán, gozará de la potestad de desarrollar su programa nuclear civil conforme a los requisitos del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y el levantamiento gradual de la sanción occidental impuesta a la economía nacional. Entretanto, para Occidente, los castigos que aplican contra Teherán producen efectos contraproducentes nada pequeños. Ejemplo es su imposibilidad de entrar en el mercado petrolero con toda la potencialidad de Irán. Para Estados Unidos, la rúbrica de un tratado con la nación persa pondrá fin a los años de tensión entre los dos países y abrirá una nueva página de cooperación con el mundo árabe. En la lucha contra el Estado Islámico, el apoyo iraní beneficiará considerablemente a Washington y sus tropas.

Los últimos acontecimientos demuestran que la cuestión nuclear de Irán no podría persistir con otro plazo. A Barack Obama no le queda mucho tiempo para la negociación ya que los resultados derivados impactan directamente en los logros electorales de su Partido Democrático a finales de 2016 en contribución al mejoramiento de la posición nacional en el Oriente Medio y el resto del mundo. Entretanto, Irán no quiere desperdiciar una oportunidad de integración mundial para prosperar. Un acuerdo fallido provocaría una carrera armamentista nuclear en la región y agravar la situación, lo que va en contra de la aspiración de Washington y Occidente. De esta manera, se prevé que la ronda de negociación sobre el tema nuclear en Suiza termine coincidiendo con la fecha tope con una postura transigente entre las partes concernientes.

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