Australia después de las elecciones generales: en el limbo político

(VOVworld) – A cinco días después de la votación, los resultados de las recientes elecciones generales en Australia todavía no se han divulgado. Sin embargo, según el recuento del 90% de las boletas, ningún partido ha acumulado suficientes escaños para formar un Gobierno por sí mismo. Esto contradice lo esperado por la Coalición Liberal-Nacional en el poder y también demuestra una división en la política del país.

Este 2 de julio los electores australianos acudieron a las urnas para elegir a los 150 miembros de la Cámara de Representantes y 76 del Senado para un nuevo gobierno con un mandato de 3 años. Hasta el 6 del corriente mes, según los datos preliminares del recuento, los resultados concedían 71 escaños a la coalición Liberal-Nacional del primer ministro Malcolm Turnbull, 67 al opositor Partido Laborista y 5 para los partidos minoritarios y candidatos independientes. Mientras, faltan por decidir otros 8 escaños, cuyos resultados serán publicados después de la comprobación de los votos anticipados y enviados por correo postal.

De acuerdo con lo estipulado por la ley, para formar gobierno por sí solo se necesitan al menos 76 escaños en el Congreso.

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El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull


Acciones arriesgadas de Malcolm Turnbull

En su discurso antes de los comicios, el primer ministro Malcolm Turnbull anunció su intención de mantener los escaños que hoy ocupa su gobierno, liderado por una coalición entre el Partido Liberal y el Partido Nacional, o incluso alcanzar más. Según defendió el jefe de gobierno, es necesario crear un Ejecutivo de mayoría para poder implementar iniciativas económicas que garanticen la estabilidad de Australia en el futuro.

Por esa razón, durante las 8 semanas de campaña electoral, Malcolm Turnbull se centró en resaltar la buena capacidad del Partido Liberal en la gestión de la economía y ofreció reducir los impuestos corporativos durante 10 años a fin de promover el crecimiento y generar más empleos. También afirmó que de este modo, Australia podría afrontar la incertidumbre creada por el “Brexit” (la salida del Reino Unido de la Unión Europea).

Desafortunadamente, al electorado nacional no les parecen convincentes estos argumentos. De hecho, hasta el momento, la coalición Liberal-Nacional no solo no ha logrado su objetivo, sino también ha perdido bastantes escaños parlamentarios, de los 90 obtenidos en los comicios del 2013.

Eso se debe, según comentó Ben Oquist, director del Instituto de Investigación de Australia, a la confianza excesiva en la victoria de la coalición, sin tomar en consideración factores independientes y partidistas minoritarias. Por otra parte, el primer ministro había implementado medidas muy arriesgadas al disolver las dos Cámaras del Parlamento y convocar elecciones anticipadas para el 2 de julio. En esos momentos, su propuesta de recorte y exención de impuestos empresariales era rechazada por los diputados y sus posteriores actos demostraron su desesperación por lograr más apoyo. Pero Turnbull no había pensado en la disminución significativa del respaldo de los votantes australianos a su coalición, hasta un nivel casi igual al de la oposición, agregó Oquist.

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El líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten


Alianza para imponerse

Durante la última votación federal, los independientes y partidos minoritarios consiguieron hasta el 23% de los votos, la mayor cifra que han obtenido en la historia, y eso, ante la situación actual, les da poder para decidir el destino de Australia.

En teoría, tanto la coalición Liberal-Nacional como el Partido Laborista podrían formar un gobierno minoritario de negociar con los independientes y/o otros partidos para ganar suficientes escaños parlamentarios. Por eso, al reconocer los resultados preliminares, líderes de los dos grandes partidos han empezado a acudir a esos factores. El senador Arthur Sinodinos, del Partido Liberal, confirmó recientemente que tanto el primer ministro Malcolm Turnbull como el líder opositor, Bill Shorten, han realizado reuniones con los candidatos independientes. Según él, este paso es imprescindible en el difícil contexto actual porque el pueblo australiano siempre espera tener un gobierno estable y cooperativo.

Mientras tanto, algunos pronostican un empate en estos comicios y en caso de que ni el Partido Verde ni los independientes elijan su bando, deberán convocarse nuevas elecciones en 12 meses y de este modo, Australia tendría su quinto primer ministro durante solo 3 años.

Los australianos esperaban que la votación anticipada daría estabilidad política al país, pero esta trajo solo incertidumbre. Eso significa que aún queda un largo y difícil camino para formar un Gobierno mayoritario, unido y estable en la nación.

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