Desafíos para el libre comercio entre Unión Europea y Estados Unidos

(VOVworld) – La primera ronda de negociaciones hacia el Acuerdo Transatlántico de Inversiones y Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP en sus siglas en inglés) comenzó este 8 de julio en Washington. Las pláticas tienen lugar en medio de diferendos bilaterales tras las revelaciones sobre el espionaje masivo llevado a cabo por los servicios de inteligencia norteamericanos en oficinas europeas en Bruselas y Washington. Aunque ambas partes aceptaron sentarse en la mesa negociadora, el molesto tema del espionaje puede afectar el resultado de las conversaciones.

La primera ronda de 5 días de esta semana, servirá para preparar la segunda, probablemente en octubre en Bruselas, en la que se esperan tengan un carácter sustantivo en favor de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. De acuerdo con estadísticas, su economía en común abarca casi la mitad del volumen de mercancía y servicios globales, y un 30% del comercio en el mundo. Washington constituye el mayor socio comercial europeo. En 2011, el intercambio de las dos partes sólo alcanzó 449 mil millones de euros, pero un año después, llegó a 646 mil millones de euros. En 2012, la inversión directa foránea entre “las riberas atlánticas” cubrió un billón de dólares.

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El próximo tratado (TTIP) supondrá enormes beneficios para la Unión Europea y Estados Unidos. Cada año, podría aumentar entre el 0,5 y el 1% del Producto Interno Bruto de las dos superpotencias, es decir, 119 mil millones de euros al año para la economía europea y 95 mil millones de euros para la estadounidense, y generar millones de nuevos empleos. Aparte, favorecería los negocios de otros sectores. La facturación de la producción automovilística de Europa en el mercado norteamericano registraría un fuerte incremento, y así reduciría su dependencia en el abastecimiento de gas de Rusia. En tanto, Washington espera que el acuerdo acelere la economía nacional, hoy en estancamiento cuando el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto en el primer trimestre del 2013 sólo representó un 2,5% y el índice de desocupados subió del 7,5 en abril al 7,6% en mayo del presente año. El primer ministro británico, David Cameron subrayó que el TTIP es el mayor acuerdo del comercio bilateral en la historia. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, un miembro clave de la delegación negociadora de la Unión Europea, abogó por que se impulsen los diálogos.

Aunque la Unión Europea y Estados Unidos determinan la importancia del TTIP, enfrentan muchas dificultades para lograr este tratado. Las tarifas arancelarias entre ambas partes son bajas, por ende, resulta más difícil disminuir normativas y barreras no arancelarias que obstaculizan el intercambio comercial en la agricultura, la fabricación de sustancias químicas, el sector automovilístico y las finanzas. Existen discrepancias en las políticas de los dos socios al respecto. En cuanto a la cultura, lo que impide las conversaciones del TTIP radica en que en víspera del diálogo, Francia confirmó que vetará los artículos relacionados con los productos audiovisuales. El tráfico de las producciones culturales fue incluido en la agenda de las negociaciones. Por ese mismo motivo en 1993, parecía que la ronda de conversaciones sobre el Acuerdo común de Aranceles Aduaneros y Comercio, entraría en un callejón sin salida.

Los vínculos entre las dos potencias económicas entraron en dificultades cuando se reveló la imposición de un sistema de vigilancia secreta masiva vía Internet de telecomunicaciones, instalado por la Agencia norteamericana de Seguridad NSA, en oficinas de la Unión Europea en Bruselas y Washington. Aunque la Comisión Europea pidió que las negociaciones con Estados Unidos no se afectaran por el escándalo desatado, al tiempo que llamó a la garantía del éxito del diálogo, reconoció que el espionaje dejará una “cicatriz” en las relaciones bilaterales.

La Unión Europea y Estados Unidos pueden firmar el Acuerdo transatlántico de Inversiones y Comercio en 18 meses, o sea antes de que la Comisión Europea termine su mandato en 2014. Sin embargo, en este itinerario persistirán obstáculos debido a los diferendos pendientes entre ambas partes./. 

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