El difícil mantenimiento de la seguridad en Afganistán

(VOVworld) - La seguridad en Afganistán constituye permanente preocupación de la comunidad internacional aún con la presencia allí de tropas estadounidenses y las fuerzas de apoyo internacional (ISAF). Mientras  los contingentes aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pretenden retirarse por completo del pantano afgano en 20l4, vuelven a surgir interrogantes, sobre todo a medida que se acerca la fecha del retiro. Los atentados con bombas y ataques terroristas desencadenados por insurgentes talibanés y elementos terroristas de Al Qaeda aumentaron tanto frecuencia como en envergadura, ocasionando pérdidas considerables.

No fue casual que, el l0 de octubre, el Grupo de investigación de crisis internacional (ICG) publicará el informe titulado: “Afganistán: camino difícil hacia el período de transición en 20l4” en el que se vaticina que el gobierno de Kabul enfrentará el riesgo de derrumbarse después de la retirada de las tropas de la OTAN en 20l4, especialmente en el caso de que se cometan fraudes en las elecciones presidenciales previstas para el mismo año. Previamente, el pasado día 7, el Centro Internacional de Investigación de Carnegie también adelantó la preocupante advertencia de que el Talibán retornará al poder en Afganistán después de 20l4. Partiendo de la realidad en esa nación, investigadores y analistas llegaron a similar conclusión.

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Soldados de la OTAN en Afganistán

Como nueva expresión de la persistente falta de seguridad, el 8 de octubre, al menos 2 oficiales de inteligencia afganos perdieron la vida y otras 7 personas resultaron heridas en un atentado con coche bomba en la provincia de Helmand Fareed Ahmed, en el Sur de Afganistán. Con antelación, otro ataque suicida contra una patrulla conjunta OTAN-Afganistán en la ciudad de Khost en el Este del  país provocó l3 muertos, (consistentes en 3 soldados de la OTAN, 4 efectivos afganos, 6 civiles ) y otros 40 heridos. Los atentados con bombas y ataques contra las tropas aliadas, elevaron dos mil el número de los soldados norteamericanos fallecidos desde la invasión a Afganistán. Junto a los ataques insurgentes, los soldados estadounidenses en particular y las fuerzas aliadas en Afganistán en general enfrentan una ola de “ataques internos”, es decir de miembros mismos de las fuerzas afganas de seguridad sean del  ejército o la policía que han atacado a efectivos norteamericanos y aliados. Se recuerda que en septiembre pasado ISAF tuvo que suspender el programa de entrenamiento de nuevos reclutas afganos tras una serie de acciones agresivas ejecutadas por  soldados y policías afganos contra las tropas aliadas. Estadísticas revelan que desde el inicio de la guerra en Afganistán (el 7 de octubre de 200l), hasta la fecha, más de 2 mil efectivos norteamericanos y unos mil l90 de otros países participantes en las fuerzas aliadas en Afganistán perdieron su vida.. Según la ONU, desde 2007 hasta agosto de 20l2, un total  l3 mil 43l afganos murieron en la guerra en su tierra natal. Pero si se cuenta desde el momento en que Estados Unidos desencadenó la invasión  esa cifra se eleva en más de 20 mil personas. Sin embargo, la realidad es mucho más sombría que  los datos publicados. Aunque  más de l30 mil efectivos de fuerzas aliadas y de la OTAN han sido desplegados  en todo Afganistán se vislumbra el  fin del levantamiento Talibán. El inminente del fracaso estratégico de ese bloque militar con Estados Unidos a la cabeza, se presagia un futuro de pesadilla.

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Escenario de un ataque con vehículo bomba en Helmand 

 Afganistán se encuentra en proceso de preparación de nuevas elecciones después de los polémicos comicios  presidenciales y parlamentarios celebrados en 2009 y 20l0. Sin embargo, en lugar de  buscar la manera de que el pueblo confié en el sistema político  lograr la estabilidad duradera, el presidente Hamid Karzai y su gabinete tratan de establecer una alianza provisional para mantenerse en  el poder con lo que desataría una confrontación política y nuevos estallidos de violencia tras la retirada de la OTAN.

Para el pueblo afgano, han transcurrido más de l0 años desde el momento en que Estados Unidos y Occidente emprendieron la guerra para derrocar al régimen talibán, la vida empeora por día. En  reciente investigación, el Banco Mundial (BM) pronosticó que en 20l4, el presupuesto anual de Afganistán dispondrá de unos 7 mil millones de dólares menos. Así las tropas nacionales estarán impedidas de combatir sin ayuda financiera externar. Tristemente Afganistán se ha convertido en un centro de producción, distribución y consumo de drogas del mundo. La guerra y los conflictos han depauperado a esta nación. Según pronósticos, Afganistán necesita hoy día unos l0 mil millones de dólares para concluir el proceso de reconstrucción del país con el impulso de la explotación de recursos minerales y las exportaciones.

Al parecer la contienda en Afganistán todavía no se detiene. Sin embargo, dirigentes de la OTAN se niegan a reconocerlo y afirman que el ejército afgano es capaz de enfrentar la insurgencia. La opinión pública tiende a considerar que la expectativa de Estados Unidos y occidente de culminar una guerra exitosa para castigar a los talibanes y Al Qaeda, y construir una tradicional democracia en esa nación surasiática se proyecta muy lejana. Lo visible es que la vida de los afganos empeora cada día y numerosos calamidades, preocupaciones y miedos los asechan./.

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