Turquía y los retos post- electorales

(VOVworld) – Las elecciones parlamentarias de Turquía han terminado, con la victoria aplastante del Partido de la Justicia y el Desarrollo del presidente en ejercicio Tayyip Erdogan. Este resultado, según observadores, refleja en parte las expectativas de los electores turcos, así como su confianza en la gestión del oficialismo.

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Los simpatizantes del presidente Tayyip Erdogan festejan la victoria de su partido en las elecciones parlamentarias del domingo

Con el 97% de las papeletas escrutadas este primero de noviembre, el Partido de la Justicia y el Desarrollo liderado por Tayyip Erdogan consiguió el 49,4% de apoyo, que equivale a 315 de los 550 escaños del Parlamento turco. Mientras tanto, el principal partido de oposición, el Partido Republicano del Pueblo obtuvo el 23% de los votos. El triunfo le devuelve al oficialismo la mayoría parlamentaria para gobernar en solitario que había perdido en los comicios de junio pasado.

¿Por qué el gran apoyo?

Las elecciones de este domingo, que eran cruciales para Turquía, tuvieron lugar en medio de una profunda división gubernamental a causa de olas de violencia sangrienta de parte de elementos yihadistas y los nuevos desacuerdos con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán. En vísperas de los comicios, analistas expresaron su temor de que los mismos no pudieran  poner fin al actual estancamiento político en Turquía. Encuestas de intención de voto demostraron que el apoyo al partido del presidente Erdogan solo se mantuvo entre el 40 y el 43%, más a bajo de lo necesario para crear un gobierno unipartidario. Mientras tanto, las formaciones pro kurdas contaron con un gran número de seguidores en los sondeos preelectorales. No obstante, los resultados finales de las elecciones superaron los pronósticos. Al lograr el 49% de los votos a favor, el Partido de la Justicia y el Desarrollo tendrá todo el derecho para fundar un nuevo gobierno sin la necesidad de hacer coalición con cualquier otra facción política.

La victoria del partido en el poder es calificada de inesperada. En las elecciones legislativas efectuadas en junio pasado, por primera vez desde su toma de posesión en 2002 el Partido de la Justicia y el Desarrollo perdió la mayoría en el Parlamento. Luego, sus negociaciones con otros partidos para crear un nuevo gobierno de coalición fracasaron, razón por la cual los electores turcos debieron ir a las urnas por segunda vez.

Entonces, ¿cuál fue la causa que ayudó al Partido de Erdogan, criticado por tener una línea dura y arbitraria, a recuperar la mayoría absoluta en el Parlamento? El terrorismo y la preocupación de las masas por la incertidumbre del país, parecen ser la respuesta. La emergencia del Partido de los Trabajadores de Kurdistán, los impactos del conflicto en la vecina Siria y el surgimiento del autodenominado “Estados Islámico” se convirtieron en los grandes temas de interés del electorado turco. La prolongada inestabilidad del país ha sido la razón por la cual los votantes desean retornar al período en el que el país era gobernado por un único partido, condición necesaria, según creen, para que la administración pueda tomar medidas categóricas contra el terrorismo. Por otro lado, nadie puede negar que el gobierno transitorio ha realizado reformas importantes para las transformaciones positivas en la vida económica, política y social del país. Con una estrategia y reformas claras, el Partido de la Justicia y el Desarrollo consiguió el mayor respaldo de los electores nacionales al prometer que solo un gobierno unipartidario podría acabar con la incertidumbre que ha vivido el país durante los últimos 5 meses.

Retos post- electorales

No obstante, el triunfo no significa que el partido del presidente Tayyip Erdogan podrá satisfacer fácilmente las aspiraciones de los electores turcos. El país sí puede salir temporalmente del estancamiento político, pero le esperan por delante grandes desafíos, entre ellos la división interna, una economía con muchas dificultades, y serios problemas de seguridad, así como la espinosa situación migratoria. Mientras tanto, los enfrentamientos entre el gobierno y los rebeldes kurdos aumentan día tras día y el proceso de paz con estas fuerzas no registra progreso alguno. Por otro lado, la decisión de Estambul de sumarse a la alianza liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico hace que Turquía se convierta en un nuevo blanco de las fuerzas terroristas.

Los resultados de las últimas elecciones en Turquía demostraron que sus ciudadanos apoyan la unificación y la integridad territorial y desean vivir en un entorno estable y pacífico. Pero, ¿estas expectativas se harán realidad? La respuesta es todavía una incógnita.

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