(VOVworld) -Ho Giao, el único ganadero vietnamita a quien se le ha condecorado dos veces con el título de Héroe del Trabajo, fallecio recientemente. Su desaparición física dejó el profundo dolor en el corazón de generaciones de descendientes y parientes. Este granjero apasionado y modesto dedicó su tiempo y energía para el desarrollo ganadero del país.

El héreo del trabajo Ho Giao cuidan con cautela los becerros en la granja Hanh Thuan

Ho Giao nació en una aldea empobrecida de la comuna Tinh Son, provincia central de Quang Ngai. A los 12 años, atendió búfalos para un terrateniente para ganarse el sustento. Seis años después, despedió estos queridos animales para alistarse en el ejército revolucionario en el monte. Mientras el país se dividió en dos, trabajó en la granja de vacas lecheras en Ba Vi, Ha Tay, afuera de Hanoi. Como un analfabeto, Ho Giao tenía que esforzarse en aprender las letras para poder leer instrucciones sobre las técnicas de cultivo. Su arduo trabajo y, especialmente, sus investigaciones sobre la fecundación artificial contribuyeron al éxito de su granja, la que fue reconocida como un modelo piloto de la ganadería de Vietnam del Norte. Gracias a estos esfuerzos, Ho Giao fue galardonado por primera vez con el título de Héroe del Trabajo en 1966.

Después de la reunificación nacional, este granjero asumió su tarea en la finca de Song Be, donde crió casi 500 búfalos de raza “Mura” ofrecidos por el gobierno indio. Una vez más, Ho Giao hizo un milagro cuando podía alimentar algunas animales que pesan casi mil kilogramos. Por esta razón, el Estado le condecoró por segunda vez el título de Héroe del Trabajo en 1986. Al retirarse, regresó a su pueblo natal. Pham Van Dong, primer ministro de aquel tiempo, le obsequió 15 búfalos de Mura, llamándolo a enseñar a sus vecinos la crianza de estos ganados para mejorar sus ingresos. Hasta la fecha, los aldeanos de Tinh Son todavía recuerdan la imagen de un anciano que andaba por los caminos llenos de baches que conectan entre la ciudad de Quang Ngai y la granja de búfalos Hanh Thuan, en el distrito de Nghia Hanh. Hoang Thai Nhi, habitante local recordó: “Todo el mundo conocía Ho Giao. Por la mañana iba a la granja con su caja de almuerzo. Siempre llevaba un casco de motocicleta y estaba a dispuesto a llevar a quienes necesitan transporte. Era un hombre apasionado de su trabajo, que se veía muy asiduamente con el rebaño de búfalos ofrecido por el primer ministro Pham Van Dong.”

Se decía que Ho Giao parecía tener la capacidad de domar los búfalos y entender el lenguaje de los animales. Gracias a su perfecto dominio, varios bueyes testarudos e indomables se volvieron dociles y podrían ayudar a los agricultores. Muchas veces, Ho Giao desempeñaba el papel de “partero” para muchas vacas y búfalos. Incansablemente, proporcionó su máximo apoyo a los agricultores locales, ayudándoles a elevar la calidad de su rebaño. Nguyen Huu Hai, secretario del Partido de la comuna de Hanh Thuan, manifestó su admiración y respeto a Ho Giao: “Sólo las personas como el señor Ho Giao son capaces de realizar este trabajo. Incluso después de su jubilación, él nunca dejó de dedicarse a todo el mundo. Esas cualidades fueron producto de su autodisciplina y la conciencia de la clase obrera.”

Su pasión por la ganadería permanece sin cambios hasta su último aliento

A los 80 años de edad, después de transmitir su oficio a su nieto, Ho Giao decidió descansar. Pero cada fin de semana, le pedía a su hijo que lo llevara a la finca Hanh Thuan para revisar sus búfalos. Tran Dang, reportero del Periódico Thanh Nien (Juventud), quien escribió mucho sobre él, compartió: “Para mí, Ho Giao fue sobre todo un hombre honesto y franco. Amaba su trabajo y siempre cumplió con sus funciones de la mejor manera posible. Él también tenía un gran sentido de la responsabilidad. Siempre en contacto con él, me di cuenta de que tenía una bella devoción para ayudar a sus compatriotas. Por eso, fue reconocido dos veces como Héroes del Trabajo por sus cualidades. Era sin duda un buen hombre.”

Ho Giao falleció a los 86 años de edad. Sin embargo, sus cualidades humanas, ética de trabajo, entusiasmo a la comunidad y sus contribuciones permanecerán para siempre en la memoria de los vietnamitas.