La topografía de An Giang es complicada, con llanura, montañas, cayos y fronteras. En especial pueblan esta zona numerosas nacionalidades hermanas como los Kinh (mayoritarios), los Hoa (vietnamitas de origen chino), los Cham y los Khmers. La construcción de la nueva área campestre es el objetivo primordial de la localidad para transformar el campo y generar una vida feliz para el pueblo. Este movimiento se inició con la participación de las pagodas, la administración y los agricultores en la edificación del sistema de comunicación rural. Los fieles budistas y personas bondadosas del poblado Bang Ro en el distrito de Tri Ton donaron tierras y aportaron fuerza laboral, piedras y cementos para construir un nuevo camino de más de un kilómetro de longitud. El bonzo Chau Si Tha que administra la pagoda de Pong Ro y participó junto con la dirección aldeana en la movilización del pueblo para acometer el trabajo, estimó: “Antes la comunicación en nuestra villa era pésima y la transportación de productos agrícolas después de la cosecha resultaba difícil. Debido al camino fangoso el traslado de los niños a la escuela y la elevación de conocimientos del pueblo encontraron obstáculos. Ante esta situación los aldeanos se decidieron a fomentar vías de comunicación”.

En los años anteriores el distrito de Thoai Son en la zona intrincada de An Giang se inundaba en la época de crecidas y casi todas las vías intercomunales se llenaban de lodo. Gracias a los esfuerzos de la administración local y el apoyo del pueblo, la fisonomía campestre ha registrado cambios considerables. Ahora, los vehículos pueden llegar a las comarcas y cabeceras del distrito tanto en la estación seca como en la lluviosa. El señor Danh Phong, quien cedió terreno para trazar la ruta, expresó: “Veo que la coordinación entre el pueblo y el Estado resultó exitosa. En el pasado la circulación tropezó con numerosas dificultades sobre todo en la temporada de las lluvias. El Estado le prestó atención e invirtió en la construcción del sistema de comunicación y nosotros ofrecimos tierra para hacerlo. Ahora, la situación ha mejorado, el tránsito es favorable y la llegada de nuestros hijos a la escuela también se ha facilitado.”