Representantes del Gobierno de Colombia y de las Fuerzas Armadas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la cuarta ronda de negociaciones de paz en Caracas, Venezuela, el 14 de agosto de 2023. (Foto: AFP/VNA)

Este 22 de enero, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, confirmó que la ronda de diálogo había comenzado ese mismo día y expresó su esperanza de que ambas partes lograran nuevos avances en el camino hacia la paz.

Por su parte, el canciller de la isla caribeña, Bruno Rodríguez, afirmó el compromiso de La Habana con la paz de Bogotá y el derecho de los pueblos a la autodeterminación.

Entretanto, Iván Cepeda, miembro de la delegación del Gobierno colombiano, se mostró optimista sobre el proceso de paz y consideró que ambas partes llegarán a un acuerdo para extender el alto el fuego bilateral vigente hasta el 29 de enero. En virtud de este documento, se requiere el estricto cumplimiento de los compromisos relacionados con el cese de los secuestros para exigir rescate y la promoción de la participación social y ciudadana, tras lograr una serie de resultados concretos en la quinta ronda de negociaciones celebrada en México el mes pasado.

A través de la red social X, el jefe de la delegación del ELN, Pablo Beltrán Israel Ramírez, compartió sus expectativas de acercarse y concretar las "transformaciones que Colombia necesita" para construir la paz.

Esta es la segunda vez que el Gobierno colombiano y el grupo armado ELN mantienen negociaciones de paz en La Habana.

Previamente, al finalizar la tercera ronda de conversaciones de paz, el Gobierno colombiano y el ELN firmaron en la capital cubana un alto el fuego bilateral, de alcance nacional y temporal con una duración de 180 días a partir del 3 de agosto de 2023 y hasta el 24 de enero de 2024.

El citado documento es el paso más concreto hasta la fecha para lograr un acuerdo de paz en Colombia, que es una premisa para el cese total de las hostilidades en el país sudamericano.

El alto el fuego más duradero entre las partes hasta la fecha se firmó para crear las condiciones necesarias para que civiles, líderes sociales, minorías étnicas, mujeres y defensores de la libertad ejerzan sus derechos en territorio colombiano.

Este es el acuerdo más importante desde que ambas partes mantuvieron conversaciones de paz y fue implementado bajo la supervisión de las Naciones Unidas, la Iglesia Católica y los países garantes.