El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, habla en la Asambea General de la ONU, el 19 de septiembre en Nueva York. (Foto: Xinhua/VNA)

En nombre del Grupo de los 77 (G77) más China, integrado por más de 130 países en desarrollo, el mandatario cubano defendió la reforma de los sistemas financieros internacionales y un importante incremento del apoyo a las iniciativas de desarrollo sostenible y clima.

Díaz-Canel enfatizó que los esfuerzos de las naciones en desarrollo son insuficientes para materializar estos objetivos, al tiempo que destacó la necesidad de medidas tangibles que incluyan acceso al mercado, términos financieros más justos, transferencias de tecnología y colaboración Norte-Sur.

Sobre la crisis climática, el presidente censuró a las naciones industrializadas por su incapacidad para cumplir sus obligaciones mundiales, sobre todo con respecto a la movilización anual de 100.000 millones de dólares para ayudar a los países en desarrollo en sus esfuerzos de adaptación. Dijo que el G77 realizará una Cumbre de Líderes del Sur en el contexto de la 28°. sesión de la Conferencia de las Partes sobre el clima (COP28), en Dubái este año.

Díaz Canel también expresó su oposición a las "medidas coercitivas unilaterales, descritas eufemísticamente como sanciones", impuestas contra Cuba y otras naciones como Venezuela, Nicaragua, Zimbabue, Siria, República Popular Democrática de Corea e Irán. También condenó enérgicamente el agobiante bloqueo económico de más de 60 años de existencia impuesto a Cuba por Estados Unidos y lo describió como "totalmente unilateral e injustificado".