Los jóvenes de la etnia Thai Negro en la provincia norteña de Son La se casan sin necesidad de consultar mucho a sus padres. Esta comunidad aborigen opina que un muchacho mayor de edad, para llegar al matrimonio, tiene que trabajar con laboriosidad, especialmente en el tejido de objetos de bambú y otros materiales similares. Entretanto, las muchachas deben dominar la técnica de crear el pañuelo “Piêu” y la tejeduría. Una vez que una pareja decide casarse, los padres del chico envían al hogar de ella una casamentera y un miembro del linaje que llevan dotes, incluidos plátano y caña, para solicitar que el novio pueda visitar con más frecuencia a su amada. Luong Van Muon, residente en la aldea de Lau, distrito de Chieng Le, de la ciudad de Son La, contó: “Si un chico quiere casarse con una muchacha, tiene que vivir con su familia durante 2 o 3 años. Se le permite llevar ropas y cuchillo, pero debe quedarse en una habitación. Este es un período de comprobación de las habilidades laborales del muchacho en las actividades cotidianas. Si supera las pruebas, estará apto para contraer matrimonio”.

En la comunidad Thai Negro, las mujeres casadas deben recoger su cabello en forma de un moño (Foto: baomoi.com)

Una vez aprobado, el joven y representantes de su linaje llevarán dotes a la familia de su amada para la ceremonia de pedir la mano. Habitualmente estos presentes incluyen un cerdo de unos 20 kilogramos, una pareja de gallo y gallina en homenaje a los antepasados, 10 litros de aguardiente y 10 kilogramos de arroz glutinoso para elaborar el convite del enlace matrimonial.

Según la costumbre, en la boda, la familia del novio debe preparar un par de pollo, dos pelucas, dos brazaletes, una horquilla de plata y 4 piezas de brocados hechos a mano. Estos objetos se usarán para preparar el cabello de la novia de forma que pueda hacérsele un moño que identifica a la mujer casada. Al siguiente día, la familia del pretendiente tiene que aportar un cerdo de 70 a 80 kilogramos, 70 litros de aguardiente y 70 kilogramos de arroz en dependencia del número de invitados, entre otras dotes. Sobre este tema, Luong Van Muon dijo: “El novio tiene que entregar todas las ofrendas a la familia de su esposa para repartirlas a sus hermanos. Los mayores reciben un pollo y los jóvenes, una pieza de carne de cerdo. En respuesta, cuando la muchacha viene a la casa de su marido, su séquito debe llevar regalos, habitualmente ollas”.

Después del matrimonio, el marido continúa residiendo en la casa de su mujer hasta que sus familiares le traigan cerdo, aguardiente y arroz para recuperar a la pareja. En ese momento, los padres de la muchacha preparan los objetos que requerirá su hija, como cuchillo, fusil, colchón y manta, pañuelo “Piêu”, crías de animales, semillas, ollas, cuencos y los palillos que usan a modo de cubiertos, entre otros. Estas dotes serán trasladadas a la vivienda del muchacho y sirven de ofrendas para la ceremonia de ingreso de la novia a la familia del marido, a la cual invita a miembros de ambos linajes para que feliciten a la pareja.

Hoy día, los preparativos para la boda del grupo Thai Negro han sido simplificados de modo significativo. Muchos procedimientos costosos se han eliminado, como la exigencia de dote y la convivencia obligatoria del muchacho con la familia de su pareja. Otros ritos son también celebrados de manera sencilla, pero mantienen intacta la identidad cultural de su etnia.