(VOVWORLD) - La aldea Khuoi Ky, en el distrito de Trung Khanh, provincia de Cao Bang, está a medio camino entre dos sitios turísticos famosos: la catarata de Ban Gioc y la gruta de Nguom Ngao. Pero ese mismo poblado fronterizo, lugar de residencia de la etnia Tay, con sus casas sobre pilares y su culto al Dios de la piedra, es de por sí un destino favorito de muchos excursionistas desde hace unos años.
Una casa de piedra en la aldea de Khuoi Ky, del distrito de Trung Khanh, Cao Bang. (Foto: VOV) |
Para los Tay en Trung Khanh, las casas sobre pilotes son lugares sagrados, especialmente si son construidas con piedra, material al que consideran el centro del universo y el origen de la vida. Según su filosofía ancestral, las personas nacen de las rocas y en ellas se convertirán después de la muerte. Veneran la piedra como a un Dios y le rinden culto en ciertos días del año para agradecer su amparo y bendición.
Dam Van Vu, vicepresidente del Comité Popular del distrito de Trung Khanh, en la provincia de Cao Bang, dio a conocer: “Las casas de piedra de los Tay en Trung Khanh son únicas. Cada una tiene dos plantas, la primera era un espacio destinado a la cría de animales domésticos y la segunda para vivir. Por establecerse en una zona montañosa, la piedra se vincula estrechamente con la vida de los autóctonos. Los muros y muchos objetos domésticos de los Tay están hechos de este material”.
A la entrada de Khuoi Ky se alzan sólidos muros de rocas que protegen la privacidad y abrazan las originales casas sobre pilotes hechas del mismo material. La construcción de cada estructura requiere de dos a tres años. La selección de las rocas naturales para edificar esas viviendas no solo es una labor obligatoria, sino que además tiene un gran significado espiritual. Deben ser duras y tener buenas formas.
Estas construcciones y la vida de los autóctonos atraen a muchos visitantes en los últimos años. (Foto: VOV) |
De acuerdo con la anciana Trieu Thi Mo, los Tay creen que las piedras absorben lo mejor del universo y tiene una gran fuente energética por formarse en lo profundo de la tierra y tras complicados y largos movimientos geológicos.
La dimensión de cada vivienda se corresponde a la familiar. Si un hogar es numeroso, su casa debe ser grande, por lo menos para que quepan en ella. En general, miden de siete a ocho metros de altura.
Los autóctonos también tienen muy en cuenta el lugar donde se erige esta construcción. Suelen levantarlas en terrenos altos, con una vista despejada hacia un paisaje bonito.
“La casa de mi familia se construyó hace mucho tiempo. Vivo aquí después de mi casamiento. Es muy fresca en verano. Me imagino lo difícil que fue edificarla”, dijo la señora Thi Mo.
Actualmente en Khuoi Ky hay 14 viviendas de este tipo. Los organismos competentes de la norteña provincia de Cao Bang destinaron tres años y grandes recursos para preservarlas y en 2010, se completó la fisonomía que hoy distingue al poblado, reconocido por el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo como Aldea de Cultura Tradicional Representativa de las minorías étnicas. Aprovechando esta ventaja los habitantes de Khuoi Ky se suman con entusiasmo a la economía turística. Un lugareño, Nong Ich Dat, dio a conocer: “De 2010 a 2016 se formó en mi aldea una comunidad turística. Recibiremos en los próximos tiempos más apoyo en cuanto a suministro de agua potable, electricidad y mosquiteros, entre otras cosas, para prestar mejores servicios a los visitantes. Muchos de ellos prefieren pasar sus vacaciones en nuestras casas”.
De acuerdo con el representante del Comité Administrativo del Geoparque de Non Nuoc Cao Bang, las viviendas sobre pilares de los Tay en esta zona datan de la dinastía Mac, en los siglos XVI y XVII, cuando mandó construir en el lugar fortalezas para defender el país. Entonces solo eran propiedades de las personas adineradas y de la nobleza. Pese al transcurso del tiempo, mantienen su belleza primitiva y su figura misteriosa acentúa el encanto de “la aldea de piedra” en esta zona fronteriza.