Melodía de “khen be” en Yen Chau

(VOVworld) - La tierra de Yen Chau, provincia de Son La, atrae a turistas no solo por su riqueza en frutas como plátano y mango, sino también por la melodía de “khen be” (instrumento hecho de varios tubos pegados en forma de una balsa, cada uno de los cuales parece una pequeña flauta) de la etnia Thai que apasiona a cualquiera que lo escuche. Su sonoridad tanto aguda como grave es la más atractiva invitación a los turistas en todas partes a visitar la región.

Se desconoce cuándo el “khen be” se convirtió en parte integral de la vida espiritual de la etnia Thai en Yen Chau, Son La. El señor Lu Hong Xua, uno de los muy pocos artesanos capaces de hacer este instrumento y soplarlo bien en la aldea Tum, comuna Chieng Khoi, distrito Yen Chau, expresa: De antaño en las aldeas de los Thai naturales de allí, los muchachos jóvenes lo utilizaban para declarar su amor. Gracias al sonido del mismo, muchas parejas se hacían novios y se casaban. Hoy en día, como otros instrumentos musicales étnicos muy particulares, tales como el tambor, gong, “dan tinh” (un instrumento de cuerda), flauta o “nhi” (instrumento de dos cuerdas), el “khen be” está muy presente en la vida cultural comunitaria, en las fiestas, competencias y concursos artísticos populares del distrito.

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El artista Hong Xua


El artista Hong Xua dice: “La identidad de los Thai de Yen Chau está representada por el soplo del “khen be”, presente en fiestas, fin de año, ceremonias de bienvenida a casas recién construidas, bodas o programas musicales. Es un ambiente sumamente alegre, compartido por la muchedumbre una cantando a otra soplando el instrumento para acompañar cantes e intercambios para buscar pareja. El “Khen be” juega un imprescindible papel para la comunidad Thai en Yen Chau en su cante típico “xoe”.

El que lo sopla debe conocer las funciones singulares del “khen” y también las melodías típicas, canciones o cantes de cada artista. A partir de ahí se puede variar el soplo, tomar aliento con técnica en armonía con la música y danza populares, a fin de transmitir al oyente la excelencia y la singularidad del “khen”. El señor Lu Van Banh, de la aldea Na Va, comuna Vieng Lan, distrito Yen Chau, uno de los que dominan el “khen” desde pequeño, comparte: “Amo el sonido del “khen be” de Yen Chau. A mis 67 años, aún lo amo y lo toco en fiestas, rituales y competencias a nivel de aldea, barrio, distrito y provincial, incluso han venido del Gobierno central a filmar y fotografiar dichos eventos. El “khen be” aquí es vital para todos nosotros, cuando estoy cansado, lo soplo para que siga sonando por siempre. Muchos jóvenes también están aprendiendo este arte.”


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El señor Lu Van Banh, uno de los que dominan el “khen”


La labor de producir el “khen” es tan compleja como crear una obra artística. No cualquiera puede hacerlo correctamente, ya que se requiere habilidad, sutileza, dedicación y experiencia en todas las fases, desde elegir un buen tubo de “nua”, hasta agujerarlo y conectarlos entre sí. El artesano Lu Hong Xua agrega: "No todas las plantas “nua” (gramíneas o poáceas de familia herbácea) son aptas para hacer el “khen”, sino ha de ser “may pao”, una planta salvaje en el bosque. Se seleccionan las plantas crecidas en áreas secas, ya que las más húmedas se marchitan fácilmente bajo el sol. Luego de un mes para el secado, se cortan para empezar a producir el instrumento musical. La caña vertical del “khen” debe producirse solo con la madera elástica llamada “may mu” que no se deforma o se quiebra con el tiempo. Una parte especial que hace resonarlo es el “luoi ga”, láminas finas de bronce o de plata muy sutiles y pequeñas como un pelillo. Normalmente el artesano tarda un día en elaborar un “khen”.

El sonido del “khen” reina en las fiestas, bodas y también funerales de los Thai, reflejando todos los tonos de alegría y tristeza. Este instrumento es para ellos como una obra artística tan perfecta que resume los valores materiales de la naturaleza y el amor por la patria de quién lo sopla. A pesar del cambio diario de la vida en general, su resonancia, que sintetiza los sonidos particulares de bosque y montaña, continuará fuerte y persistente en las aldeas de Yen Chau.

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