Disfrutar los primeros rayos del sol en Cabo de Dai Lanh

(VOVworld) – Sobre las 3 horas antes del amanecer cuando la ciudad de Tuy Hoa, provincia costera de Phu Yen, “se hunde” en el sueño, nos dirigimos al faro de Dai Lanh, ubicado en el Cabo homónimo, a 40 kilómetros al Sur de Tuy Hoa. Allí les sorprenderán los primeros rayos solares de un nuevo día cuando la oscuridad se va desvaneciendo. Les invitamos a contemplar la belleza del alba en el punto extremo del Este vietnamita, primer lugar del país donde se asoma el sol.

Atravesamos por un camino desolado y a ratos serpenteante, como una “tela de seda” rodeando la montaña de Ba, a un lado, y al otro de la ruta, el mar, en majestuoso panorama de la naturaleza, que empequeñece a la gente. Algunos turistas escogieron quedarse en el Cabo de Dai Lanh para disfrutar plenamente del amanecer. Por su parte, Nguyen Van Thu, un viajero de Hanoi, decidió levantarse a las 3 de la madrugada y tomar un coche en la ciudad de Tuy Hoa para dirigirse a Dai Lanh, por la siguiente razón: “La circulación hoy en día resulta más fácil y confortable. Me encanta disfrutar de paisajes pintorescos y románticos a lo largo de la trayectoria. Es tan bueno respirar en un clima limpio y fresco. No es completo un viaje a la provincia de Phu Yen sin contemplar el nacimiento del sol en el Cabo de Dai Lanh”.

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El camino hacia el faro de Dai Lanh

El Cabo de Dai Lanh, es conocido también como el de Cap Varella, nombre del oficial francés que lo descubrió a finales del siglo XIX. Forma parte de la cordillera de Truong Son y es el punto del país que más se adentra en el Mar Oriental. En 1890, Francia construyó allí un faro, siendo uno de los ocho con más de 100 años en Vietnam. La torre puede transmitir la señalización hasta 27 millas náuticas, por eso, también se le denomina al Cabo de Dai Lanh, Mui Dien (Cabo de la Luz)

Su belleza y la de los contornos se percibe tan pronto se pisa Mui Dien. Los turistas pueden subir 108 escalones del faro para pasar aquí la noche o andar sobre un kilómetro de arena para descansar en la Playa de Bai Mon de sólo 400 metros, ubicada entre dos montes, que forma un arco natural atrayente.

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La tranquila Playa de Bai Mon

Sin población ni embarcadero, Bai Mon mantiene intacta su belleza original. Las carpas montadas por excursionistas parecen “champiñones grandes” en las playas arenosas. Los viajeros charlan hasta la medianoche, mientras gozan del sano mar esperando los primeros rayos del sol de un nuevo día.

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Los primeros rayos del sol en el Cabo de Dai Lanh

Sobre las 5 horas, empiezan a aparecer con su luminosidad como tiras de lamé. El turista hanoyense Nguyen Van Thu, compartió: “En la vida de las personas, se hace raro disfrutar de momentos bellísimos como estos. No puedo expresar el sentimiento que experimento al pasar una noche en vela entre quienes presencian el nacimiento del sol en el país. El comienzo del día entre tanta belleza natural siempre nos seduce”.

Salimos del faro de Dai Lanh cuando el sol abrasaba, pasadas las cinco. El horizonte rojo limita el cielo y el mar. El panorama se transforma como por obra de prestidigitación. El mar, montañas, árboles y playas de arena se iluminan por el sol. Pesqueros tras pesqueros regresan a tierra firme después de una noche de faena. No hay otro cuadro más apacible.

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